Pequeñas protestas rompieron la rutina electoral
El subsecretario del Ministerio del Interior mostró ayer su satisfacción porque, por vez primera en la historia de la reciente democracia española, prácticamente todos los colegios electorales quedaron constituidos a la hora prevista y porque los incidentes de la jornada podían calificarse como mínimos. El tono general adquirió ese aire de rutina democrática habitual en países de tradición democrática y a los que parece acercarse el nuestro, sin renunciar a una cuota razonable de acontecimientos que marcan la idiosincrasia nacional. En Madrid, por ejemplo, los empleados del tanatorio municipal no acudieron hasta las doce de la mañana, y los familiares de los fallecidos tuvieron que trasladar los ataúdes en el recinto del tanatorio.
En Cataluña no debió ser muy airosa la situación del gobernador civil de Gerona, Pere Navarro, que tuvo que regresar a su despacho donde había olvidadoel carné de identidad. Tampoco la de la monja -"siempre es la misma" según un interventor que anunció su intención de denunciarla- que acompañaba en La Coruña a unos 80 ancianos de un asilo, algunos de los cuales no sabían ni su nombre ni que hacían.
Pero el tono de normalidad se impuso y permitió contemplar como la esposa del presidente del Gobierno ejercía de interventora del PSOE en un colegio.
"Mi marido no piensa nada sobre mi presencia aquí. Ha sido decisión mía". Así justificaba Carmen Romero, su actuación en una mesa electoral del colegio Padre Vitoria, del barrio de Moratalaz (Madrid).
Semprún, en Ginebra
El ministro Semprún, lejos de esta normalidad ciudadana pasó el día de las votaciones para el Parlamento Europeo en Ginebra inaugurando una exposición sobre "Obras Maestras de la pintura Española del Siglo de Oro a Goya".
Fuentes del gabinete de prensa del Ministerio de Cultura informaron que Semprún votará en París el próximo día 18 de junio ya que está empadronado allí. Fuentes de Exteriores indicaron que esta propuesta es imposible de cumplir ya que "va contra la normativa vigente que una persona siga empadronada en un lugar dónde dejó de residir hace más de seis meses".
En algunos lugares decidieron aprovechar la jornada electoral para otros fines. Por ejemplo los vecinos de Los Fayos (Zaragoza) decidieron no votar para "hacerse oír" contra la construcción de un pantano.
En Tarragona los agricultores arremetieron contra la caída de los precios de la avellana.
En Cataluña, no sólo el gobernador civil de Gerona tuvo un percance. También el obispo, Jaume Camprodon olvidó su DNI en la mesa electoral lo recuperó gracias a unos periodistas de TV-3, el canal autonómico de televisión.
Por lo demás y para subrayar el aire de normalidad, las piscinas y la playa de la Barcelona registraron una afluencia superior en un 50% a la normal en día laborable.
