Tan lejos y tan cerca
El CDS ha mantenido su mensaje progresista pese a coincidir con los populares en la crítica al Gobierno
, El Partido Popular (PP) y el Centro Democrático y Social (CDS) han concentrado toda su artillería electoral contra los socialistas, pese a que los segundos lo han hecho desde un discurso formalmente progresista, cuyo objetivo era desmarcarse de quienes dentro de unas semanas serán sus socios conservadores en varios gobiernos municipales.
El PP ha combinado en su campaña las referencias a Europa y a la política interna española para resaltar que "España no funciona" y que, en cambio, los que sí funcionan son los países europeos gobernados por el centro-derecha. Manuel Fraga y Marcelino Oreja, el líder del PP y el primer candidato del partido al Parlamento Europeo, respectivamente, han realizado campañas por separado "para llegar a más gente", según la versión oficial, y han reservado las apariciones conjuntas a seis grandes mítines.Con un ritmo algo más pausado del que desarrollaba cuando él mismo gustaba calificar su actividad preelectoral de "campañas de infarto", Fraga ha visitado 16 ciudades, ha recorrido unos 12.500 kilómetros y ha intervenido en 20 actos. Oreja se ha trasladado a 20 ciudades, ha viajado unos 10.000 kilómetros y ha protagonizado 23 actos electorales.
Recién integrado en las filas del conservadurismo, Oreja no ha perdido oportunidad de asegurar que uno de los acontecimientos más importantes de los últimos años ha sido la refundación de Alianza Popular. Asimismo, ha imprimido a estos comicios el carácter de prueba al Gobierno, en la confianza de que los resultados muestren que se acorta la distancia con el PSOE.
Consciente del significado que tiene la expresión "elecciones primarias", Fraga ha rehuido utilizarla para calificar esta convocatoria, y de ese modo ha eludido indicar quién debe ser el próximo candidato del PP a la presidencia del Gobierno. No obstante, Oreja y José María Aznar, presidente de Castilla y León, han afirmado que las elecciones europeas deben servir para acortar distancias con el PSOE e iniciar el camino hacia una "nueva mayoría".
El esfuerzo de Suárez
El presidente del CDS, Adolfo Suárez, debió intuir que la campaña socialista iba a ser monotemática desde el momento en que decidió presentar mociones de censura en compañía de los populares: "Suárez se ha entregado a Fraga"; "Suárez ha vuelto a sus orígenes: la derecha...". Los esfuerzos del CDS se han concentrado en superar el destrozo que los socialistas hacían del proclamado progresismo centrista.
Suárez y José Ramón Caso, circunscribían el pacto con el PP a algo coyuntural y argumentaban que harían lo mismo con cualquier otro partido, siempre que estuviera en su mano liberar un pueblo o una comunidad de una mala gestión. Todo ello unido al recordatorio de que el PSOE ha pactado con formaciones del centro-derecha.
Aclarado ese punto, Suárez y Caso la emprendían con la política del Gobierno y siempre desbordándola por la izquierda. Los centristas han utilizado en esta campaña un lenguaje ardorosamente radical y con permanentes recordatorios a los parados y a los más desfavorecidos. No han podido llenar plazas de toros o polideportivos como el PSOE, pero las gentes que acudían a sus mítines brindaron a Suárez una acogida entusiasta y casi delirante.
El político centrista, que ha realizado hasta tres actos públicos diarios, no se ha despegado de su candidato europeo José Ramón Caso.
El aura europeísta que se atribuye el PSOE dio mucho juego a Caso. "Tres años y medio de prestigio europeo de Felipe González en qué han beneficiado a los parados españoles, a los campesinos, a la calidad de vida...", se preguntaba Caso.
Pero el plato fuerte de los actos centristas lo constituía el presidente Suárez. Presidente no de partido, sino de Gobierno, porque sus intervenciones giraban casi obsesivamente en torno a "cuando era presidente" y a cuando "inevitablemente" vuelva a serlo. Otra obsesión es Felipe González. Suárez establecía un diálogo imaginario. "No, señor González, no vamos a hablar de lo que usted quiera", decía Suárez antes de explicar cómo el líder socialista ha "engañado" a los españoles.
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