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734 viviendas para realojar al primer cupo de las 1.851 familias gitanas chabolistas censadas en Madrid

El Consorcio para el Realojamiento de la Población Marginada ha contabilizado 1.851 chabolas en Madrid, en su gran mayoría habitadas por familias gitanas. Aunque el gerente del consorcio, José Luis Gómez, informó que este año se iniciará -en algunos casos ya han comenzado las obras- la construcción de 734 viviendas de diferentes tipologías, el concejal de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Madrid Félix López Rey ha denunciado el retraso en el plan de construcción de las mismas y en la puesta en marcha de las unidades de trabajo social para fomentar la convivencia de los chabolistas.

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A lo largo de este año comenzará, o ha comenzado ya la construcción de 300 viviendas en altura, 254 de las denominadas viviendas A (cuyo emplazamiento es definitivo) y 180 de las denominadas B (prefabricadas y provisionales). En total, 734 viviendas con las que se trata de paliar el retraso en el programa de construcción que comenzó con la firma del primer convenio, en 1986, entre la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento y la Administración central, representada en Madrid por la delegada del Gobierno, Ana Tutor.En septiembre de 1987, Izquierda Unida denunció el incumplimiento casi absoluto del contenido del convenio y, sobre todo, la actitud de la Administración central, que no llegó a aportar los fondos previstos. A raíz de este hecho, según afirmó López Rey, la Comunidad y el Ayuntamiento firmaron un nuevo convenio, en noviembre de 1988, que es el que se está desarrollando actualmente. "Es decir", apostilló el concejal de IU, "que ya partimos con dos años de retraso, y no se pueden admitir nuevos incumplimientos. Sin embargo, la Comunidad aún no ha aportado los 100 millones que le correspondían para unidades de trabajo social. Eso nos hace ser pesimistas".

José Luis Gómez reconoció que el convenio actual es una ampliación y puesta al día del anterior, y aseguró que este año ya están presupuestados los aproximadamente 2.000 millones de pesetas necesarios para la construcción de las viviendas de los tipos A y B. Además, el Instituto de la Vivienda en Madrid ha iniciado la edificación de 300 viviendas en altura. Éstas se permutarán luego por otras construidas por la Empresa Municipal de la Vivienda y repartidas por toda la ciudad, de forma que en cada edificio no sean alojadas más que unas pocas familias gitanaá y se favorezca su integración con las familias payas.

El gerente del Consorcio resaltó que el convenio actual pre senta una novedad importante las denominadas unidades de trabajo social -formadas por sociólogos, asistentes sociales y educadores de calle- encargadas de promocionar la convivencia y la integración. Las unidades están funcionando ya en los núcleos chabolistas de Los Focos, Cañaveral, Plata y Castañar, Fuencarral y La Celsa.

Precisamente, la queja de IU se dirige a que el retraso en la implantación de las unidades en los restantes núcleos de chabolistas amenaza con dar al traste con todo el programa. "No basta con construir viviendas para los chabolistas si éstos no han asumido unas normas de convivencia. Cuidar estas iniciativas", añadió López Rey, "es la mejor manera de luchar contra la marginación, la delincuencia y la inseguridad ciudadana que luego sufren todos los madrileños".

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López Rey y José Luis Gómez coincidieron en afirmar que los resultados obtenidos hasta ahora son muy positivos: "En el campamento de Cañaveral, donde la unidad de trabajo social lleva funcionando casi un año, todos los chavales están escolarizados, hay un programa de alfabetización de adultos, clases de horticultura y trabajos manuales. En el poblado de Plata y Castañar ha ocurrido hace poco un hecho insólito: la desaparición de 12 chivos, nueve de los cuales fueron devueltos por una mano anónima después que los educadores se pusieran en contacto con los gitanos más respetados por su colectividad y se hiciera un llamamiento para que aparecieran".

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