Las entidades privadas aumentan su participación en el plan de seguros agrarios

Las compañías aseguradoras que participan en los planes de seguros agrarios combinados han mantenido durante los últimos años una postura ascendente en su participación en el cuadro del coaseguro. Frente a una política de retirada que se desarrolló hasta 1987, en los últimos dos años se ha consolidado una línea de crecimiento que aleja el fantasma del fracaso y la estatalización.

A los diez años de su aplicación en España, los planes de seguros agrarios, con casi 30 líneas de cobertura, arrojaron unas importantes cifras sobre pérdidas a pesar de las subvenciones aplicadas por la Administración. Eje de estos resultados eran los planes integrales para los cereales. Consecuencia de esta situación de pérdidas, las empresas más importantes de seguros se plantearon en 1987 el abandono de los seguros agrarios, lo que dió lugar a rumores sobre la estatalización de esta actividad al tener que asumir el Consorcio del Ministerio de Economía una parte mayoritaria de cuadro del coaseguro.La situación varió sensiblemente a partir de la elaboración en 1987 de un plan trienal donde se definía una nueva filosofia para el conjunto de los seguros agrarios por la que se reducían riesgos para las compañías. Consecuencia de estos nuevos mecanismos, los resultados del último plan arrojaron por primera vez en la última década beneficios para las compañías

Este cambio en el seguro agrario y la calificación de las diez líneas más peligrosas como experimentales, ha dado lugar a un cambio sustancial en la composión del cuadro de coaseguro. En 1987, el consorcio tenía el 49,65% frente al 50,35% de las compañías aseguradoras. Un año más tarde, las compañías alcanzaban el 56,42% frente al 43,58% del consorcio. Finalmente para 1989, el consorcio se ha quedado solamente con el 37,08% mientras -las compañías llegaron al 62,92%, línea que se espera mantener en el futuro.

De casi un centenar de empresas que operaban en el seguro agrario, en la actualidad el número se ha estabilizado en unas 60 firmas entre las que destacan Caser con el 7%, Mutua Rural con el 5%, Grupo 86 con el 5%, Mapfre Agropecuaria con el 7,2% y Unión y el Fénix con el 10%, mientras el resto mantiene unas participaciones mínimas. La presencia de empresas extranjeras sigue siendo escasa.