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Detenido en un convento integrista de Niza el 'Barbie francés'

Paul Touvier, jefe de los servicios de información de la Milicia de Lyón durante la ocupación nazi, fue detenido ayer por la gendarmería en un establecimiento religioso de Niza, regentado por católicos integristas, donde vivía refugiado y oculto con su esposa y sus dos hijos. Touvier, de 74 años, conocido como el Barbie francés, había escapado a la acción de la justicia durante 40 años.Touvier fue detenido a las 8.30 horas por gendarmes que esperaban frente al convento desde las seis de la madrugada. Después de ser interrogado en Niza, por la tarde fue trasladado a París. El detenido tenía pendiente una orden de arresto internacional por crímenes contra la humanidad tras la denuncia efectuada en 1973 por las organizaciones de resistentes. En 1979 fue reconocido culpable de este delito, que no prescribe, por lo que Touvier volvió a la clandestinidad, que ya había conocido anteriormente.

Touvier dirigió desde 1943 hasta la Liberación la segunda sección de la Milicia de Lyón, encargada de la caza de judíos, resistentes y comunistas. Entre las acciones concretas de que se le acusa figura la designación de las víctimas del fusilamiento de siete judíos, en el cementario Rillieux, de Lyón, en represalia por el asesinato por la Resistencia, en junio de 1944, de Philippe Henriot, secretario de Estado de Propaganda del régimen colaboracionista de Vichy.

Condenado a muerte

Cuando se produce la Liberación, Touvier desaparece y es condenado a muerte en rebeldía en dos ocasiones por los tribunales de Lyón, en 1946, y de Chambery, en 1947. En julio de ese año Paul Touvier es detenido en París, pero se escapa de una dependencia del Ministerio del Interior francés gracias a las complicidades de los funcionarios, según declaró después. Pasa 20 años oculto, en el Arzobispado de Lyón y en otras instituciones religiosas, y reaparece en 1967, año en que prescriben los delitos por los que fue condenado. Afirma entonces que había colaborado con la Gestapo para salvar vidas.En 1971, merced a una medida de gracia otorgada por el presidente francés Georges Pompidou, recupera los bienes que le habían sido confiscados previamente, pero ocho años después vuelve a ocultarse para escapar a la acusación de crímenes contra la humanidad.

A partir de entonces, se le creyó en América Latina o incluso muerto, especialmente desde que en septiembre de 1984 el periódico Le Dauphiné Libéré publicó su esquela, en lo que ahora se demuestra que sólo fue una maniobra de diversión.

Un hermano de Touvier declaró ayer que le creía muerto y que la última vez que le vio fue en 1963 con ocasión del entierro de su padre. Hace tres años, sin embargo, el juez Claude Grellier había reabierto la investigación y las sospechas sobre el paradero de Touvier se dirigían hacia Suiza y, más recientemente, hacia la propia Francia.

El sacerdote Jean Michel di Falco, portavoz del episcopado, se apresuró ayer a negar cualquier protección de la Iglesia oficial al recientemente detenido. En una llamada telefónica al telediario de mediodía de la cadena francesa Antenne 2, Di Falco destacó que el convento de Saint Franlois, donde se ocultaba Touvier con el nombre falso de Paul Lacroix, está regentado por los seguidores del obispo integrista Marcel Lefebvre por concesión de la alcaldía de Niza. Por su parte, un portavoz de Lefebvre afirmó: "La policía ha cumplido con su deber y nosotros con el nuestro acogiendo a la gente que nos pide asilo".

El abogado Jacques Vergés, defensor de Klaus Barbie en el juicio celebrado en 1987 en el que el carnicero de Lyón fue condenado a cadena perpetua, se declaró dispuesto a encargarse también de la defensa de Touvier.

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