Ideas poco estructuradas
., Más que un plan de paz, Isaac Shamir ha formulado unas ideas poco estructuradas y que obvian sus divergencias con los miembros laboristas de su Gobierno. Gracias a esta imprecisión, el Gabinete adoptó el 14 de mayo el proyecto por 20 votos a favor y seis en contra. Éstos últimos, fueron emitidos por cuatro ministros que comparten la ideología nacionalista y derechista del jefe del ejecutivo y otros dos ministros considerados como palomas. Tres días después, la Knesset (Parlamento) aprobó a su vez la iniciativa por 43 votos a favor, 15 en contra y 11 abstenciones.
La propuesta de Shamir, que tiene muchas similitudes con el fracasado proceso de paz de Camp David, prevé que 1,7 millones de palestinos residentes en Cisjordania y Gaza acudan a las urnas para elegir a diez representantes que negociarán con Israel la obtención de un régimen de autonomía durante cinco años para los territorios ocupados. Dos años antes de que concluya esta etapa, los mismos delegados palestinos empezarán a negociar un estatuto definitivo.
Estas intenciones han recibido una buena acogida en Washington y tampoco la reacción europea ha sido negativa. Shamir ha afirmado: "No daremos un ápice de nuestra tierra a los árabes", descartando así la creación de un Estado palestino.
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