Tal para cual
Ellos lo niegan. Nos quieren hacer creer que, al estilo de los desafíos a pistola, caminan de espaldas durante casi toda la temporada, ignorándose, para al final darse la vuelta lo más rápidamente posible y fulminar cuanto antes a su adversario. Nada más lejos de la realidad. Por mucho que jueguen al despiste, deben a su feroz adversario la razón principal de sus existencias.No se realizarían los importantes desembolsos a los que nos tienen acostumbrados si a 600 kilómetros de distancia no se hallase quien se halla. Sus aficiones no soportarían las casi interminables ligas si al final del túnel no vislumbrasen la camiseta de su histórico rival.
Así, las dos formaciones son consecuencia una de otra. Los fichajes se realizan pensando bien en equilibrar carencias propias, o explotar debilidades ajenas. El desequilibrio provocado por Jiménez intentó ser tapado sin éxito por Spriggs y Alexis, y por ahí se empezaron a escapar los dos últimos campeonatos. Hasta este momento Rogers ha realizado con bastante acierto esta delicada misión.
Mientras tanto, Aito buscaba una versión americana de Romay, encontrándola en el roqueño Walters. La capacidad de decisión en los momentos finales tanto de Epi, Sibilio y en los últimos tiempos de Solozábal, ha sido holgadamente cubierta por el Real Madrid con su hombre orquesta. Son demasiados ejemplos -y hay más- como para seguir negando la evidencia.
Igualdad de fuerzas
Ante esta igualdad de fuerzas, los detalles en forma de lesiones o momentos del juego de las individualidades, cobra ahora una importancia decisiva. El año pasado la baja de Romay fue casi definitiva. Como puede serlo este año su poca actividad en el último tramo de competición. Norris está tremendo, y Petrovic parece volver a sus números habituales. Falta Sibilio, baja de todavía no evaluada consecuencia. Los demás, como el año pasado.Teniendo en cuenta que en estos partidos no hay que fiarse mucho del antes de -tiene funcionamiento propio-, sólo cabe preguntarse: ¿Qué pasará con Norris y Fernando Martín? ¿Se arrepentirá el Barcelona de no haber fichado a Petrovic? ¿Planeará la sombra de Sibilio?
Hoy en Barcelona tendremos las primeras respuestas. En poco más de una semana todo habrá terminado. Después de ello, seguirán mirándose de reojo, esperando futuros movimientos. Por más que les pese. Por más que lo nieguen.
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