Apoyo necesario

EL VIAJE del presidente de Honduras, José Azcona, a Madrid tenía un contenido sustancialmente económico, y económicos han sido sus favorables resultados. España ha concedido un crédito de los llamados blandos, a largo plazo y bajo interés, que ayudará al país centroamericano a mantenerse en pie y consolidar su tímida democracia. Otra parte de la operación le permitirá además construir en Tegucigalpa un nuevo aeropuerto con elementos y tecnología españoles, lo que no le viene mal a la industria y a la banca de nuestro país.Créditos similares han sido concedidos recientemente a Nicaragua y anteriormente a Argentina. Quienes ahora saludan la ayuda a un Gobierno más próximo a sus alineamientos políticos despotricaron bien alto cuando el destinatario del préstamo fue el régimen sandinista, argumentando mezquinamente sobre la necesidad de resolver antes los problemas económicos internos, como si se tratara de sumandos homogéneos. La ayuda que España conceda a estos países, con los que el nuestro tiene obligaciones especiales por razones de historia, cultura o de agradecimiento por su comportamiento en el pasado, sólo debe tener un color: que con esos créditos se contribuya a la recuperación democrática de esas naciones. Y ese ha sido el objetivo en todos estos casos. Lo demás es un discurso ruin y miope que poco tiene que ver con los intereses reales de España en aquel continente.