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La 'mili' cultural

El Gobierno ha organizado un programa de tiempo libre en el que pueden participar ya 70.000 soldados

Cerca de 70.000 soldados españoles tienen ya una alternativa cultural con la que olvidar los largos ratos en la cantina, las drogas frente a la depresión o el aburrimiento del cuartel en las horas libres. Cultura y Defensa han elaborado el Programa de Dinamización Cultural en los Cuarteles, en el que los soldados gestionan sus centros de recreo. El convenio fue firmado por las direcciones generales de Relaciones Informativas y Sociales de la Defensa (DRISDE) y de Cooperación Cultural. Los responsables de ambos departamentos se elogian recíprocamente y todos están entusiasmados.

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"El Programa surge al poner en marcha el plan de Modernización del Ejército de Tierra (META) con el que se sacan los acuartelamientos de las ciudades. Se adelanta además la edad del servicio militar", explica Lluís Reverter, director general de Relaciones Informativas y Sociales de la Defensa. "El servicio militar es uno de los temas fundamentales para el Ministerio. Evidentemente, lo más importante es la formación militar, se prepara al soldado para defender a España con las armas. Pero nos encontramos con que este joven tiene un tiempo libre de cinco y media de la tarde a diez de la noche: y está a 40 o 50 kilómetros de las ciudades, con difícil acceso a la cultura y el entretenimiento"."Iniciamos la colaboración con Cultura y otras instituciones", prosigue Reverter. "La DRISDE empezó la experiencia apoyada por el Ejército de Tierra para luego pasar a cada Ejército la responsabilidad e irse retirando". "Al principio había cierta incredulidad de que el programa pudiera cuajar. El hecho de que haya habido oficiales y suboficiales que tomaran con entusiasmo la idea y se volcaran ha hecho que el Programa sea un éxito".

Entretenimiento

"Se ofrecen dos tipos de servicios: entretenimiento (fonotecas, bibliotecas, ...) y formación (informática, idiomas, ...). El papel del Ministerio de Cultura ha sido fundamental. Además, desde hace dos años en las Academias de oficiales de Zaragoza y de suboficiales de Talarri (Lérida) se imparten cursos de 30 horas de animación y dinamización cultural, a cargo de la misma gente que dirige el Programa de los cuarteles".José María Barrado, director técnico del Programa, dependiente de la Dirección General de Cooperación Cultural expone la génesis del plan: "El Programa se creó con carácter experimental en 1984 y luego se firmó el convenio entre Cooperación Cultural y la DRISDE".

Barrado destaca el proceso socializador que supone el servicio militar. "Algunos soldados proceden de zonas desfavorecidas en el acceso a Iña cultura y se encuentran en la mili con una serie de posibilidades que no tienen en su medio. Se trata de una población juvenil muy importante, hay 250.000 soldados".

En esta misma idea coincide María Angeles Gutiérrez Fraile, directora general de Cooperación Cultural: "El Ministerio , de Cultura tiene mucho interés en el programa porque supone acceder a muchos ciudadanos procedentes de áreas rurales, a los que normalmente no se llega. Es una población joven muy receptiva, con una edad muy buena y mucho interés. A veces estos jóvenes enganchan con la música, la lectura o el cine, y eso es casi siempre definitivo. Es muy importante que adquieran una serie de hábitos culturales y que abran los ojos a unas actividades con las que hasta ese momento no habían tenido contacto".

Integrarse en la comunidad

Unir las Fuerzas Armadas y la sociedad civil es uno de los aspectos que resalta la subdirectora de Cooperación Cultural, Asunción García Méndez. "El jefe del Programa procura que el cuartel se integre en la vida de la comunidad. Se trata de mentaflzar a las instituciones locales, de que el cuartel es un contingente juvenil muy importante y que la ciudad tiene que ir a por ellos". Barrado cuenta cómo esto ocurre ya en muchos lugares: "Las campañas culturales (teatro, música, _..) por barrios incluyen ya en muchos sitios al cuartel".Lo que todos los responsables coinciden en resaltar es la implicación del soldado en las actividades. "No son sólo receptores. Hay una participación activa. Cada actividad está regida por el soldado-monitor, figura clave del programa", dice el comandante Aurelio Valdés, jefe del Servicio de Relaciones Culturales de la DRISDE, que cuenta lo que el Programa tiene de nuevo respecto al antiguo RES (Recreo Educativo del Soldado): "Hay presupuestos especiales y equipos estables coordinados por personal técnico. Además se hace un seguimiento periódico para ver la respuesta que han tenido las actividades, que se potencian o no en función del interés del soldado". Y enfatiza: "Lo, importante es que se trata de un programa permanente y asumido". "No sólo trabajan Defensa y Cultura, se trata de implicar a otros ministerios para buscar cauces de formación. Estamos ya en fase de trabajo con los ministerios de Educación y Trabajo".

"Los soldados han demostrado gran interés por la música y por la información", continúa el comandante Valdés. "Por ello hemos montado las oficinas de información del soldado, integradas en la red de oficinas del Instituto de la Juventud".

El Programa es una clara alternativa a la cantina, según el comandante Valdés. En algunos documentos de la DRISDE se reconoce que es un "instrumento indirecto en la lucha contra la drogodependencia". Todos, civiles y militares, están encantados. El Programa ha sido muy bien recibido en las Fuerzas Armadas y, según las previsiones, llegará el año próximo a 100.000 soldados.

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