Garaikoetxea denuncia la violencia como un "maldito estigma" para el País Vasco

Carlos Garaikoetxea, presidente de Eusko Alkartasuna (EA), dijo ayer en el mitin destinado a presentar el congreso de la Alianza Libre Europea (ALE) que la violencia es un "maldito estigma" para Euskadi y exigió a Herri Batasuna (HB) y a ETA que acepten entrar en el juego democrático de la negociación entre fuerzas políticas y del respeto a la mayoría resultante."No se puede estar interrumpiendo hoy la violencia porque quizá interesa hacerlo", señaló el eurodiputado en alusión a la posibilidad de una próxima tregua de ETA, "para otro día reanudar los atentados a conveniencia". Garaikoetxea se refirió a los representantes de los demás partidos de la internacional europea de formaciones nacionalistas como testigos de que EA "defiende sus reivindicaciones con la misma energía con que defiende y defenderá siempre las vías pacíficas para alcanzarlas".

"HB y ETA deben aceptar", añadió el ex presidente del Gobierno vasco, "que sólo hay una vía de solución de los problemas y los conflictos en Euskadi y es el respeto a la voluntad de la mayoría del pueblo vasco. La misma obligación de respetar esa mayoría tienen el Gobierno central y el Estado", agregó. "Volvemos a pedir, por enésima vez", dijo, "la constitución de una plataforma de diálogo y negociación política y civil entre los partidos vascos".

ETA debe abdicar su pretensión de negociar políticamente en HB, señaló más adelante, para que la coalición participe en esa futura plataforma de partidos. El ex lehendakari solicitó a las demás formaciones nacionalistas vascas, "o que se siguen llamando nacionalistas", que no rehúyan la constitución de esa plataforma de diálogo y negociación "porque representaría la voz de este pueblo y eso es algo que todos estamos obligados a respetar".

Garaikoetxea ha regresado de una gira de una semana por América Latina, donde ha seguido como observador del grupo parlamentario europeo Arco Iris las elecciones en Paraguay y ha mantenido reuniones con vascos residentes en Buenos Aires y Santiago de Chile. Sus referencias a esta visita y al mantenimiento del sentimiento nacionalista entre los vascos emigrantes en América levantaron el entusiasmo del público.