La preocupación, al cierre

La subida de medio punto en la rentabilidad de las letras del Tesoro a un año no afectó al habitual funcionamiento de los mercados de valores, lo que supuso una sorpresa para los operadores. El resultado de la subasta se conoció desde primeras horas de la mañana, lo que indica que las órdenes que llegaban al mercado no tuvieron la oportunidad de rectificar, bien porque no consideraran necesario hacerlo, bien porque los inversores se encontraban lejos. La única explicación que conseguía imponerse era la que se basa en el exceso de liquidez que disfruta el sistema y en el poco papel que acude al mercado.Esa situación es válida en términos generales, pero cada sector está viviendo el precario equilibrio entre papel y dinero en función de las expectativas de mercado que, en este momento, se plantean muy a corto plazo. Los valores bancarios son un claro ejemplo de la tenacidad del papel, aunque el poco dinero que llega está demostrando más empuje, o más apoyo, e influye más en las cotizaciones.

El sector de construcción, pese a las repeticiones y ausencias, volvió a sumar el mayor número de avances, aunque una buena parte del interés de la sesión estaba en el sector siderúrgico, el último en que se han detectado compras de inversores extranjeros.

Las posiciones al cierre comenzaban a acusar los cambios de los mercados monetarios, orientados al alza tras el repunte que los tipos de interés de los activas públicos vienen protagonizando esta semana.