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Walesa viaja a Roma invitado por las centrales sindicales

Juan Arias

JUAN ARIAS, El líder de Solidaridad, Lech Walesa, llegó ayer por la mañana a Roma, invitado por las tres grandes centrales sindicales italianas, CSIL, CGIL y UIL, con un total de casi 10 millones de afiliados, para una visita de cuatro días. Durante su estancia, además de encontrarse esta mañana con el papa Wojtyla en el Vaticano, se entrevistará con el presidente de la República, Francesco Cossiga; con el presidente del Gobierno, Ciriaco de Mita; con los presidentes de las dos Cámaras, la comunista Nilde Iotti y el republicano Giovanni Spadolini, y con los secretarios políticos de la Democracia Cristiana, Arnaldo Forlani, y del Partido Socialista, Bettino Craxi.

Al llegar al aeropuerto de Roma, con un retraso de 20 minutos a causa de la niebla de Varsovia, el líder de la oposición al Gobierno polaco se portó más bien como un embajador del general Jaruzelski, a quien había estrechado la mano horas antes de dejar Polonia, y quien le dijo: "Sólo las montañas no se mueven". Apretujado por un centenar de periodistas, tras haber levantado la mano derecha con el clásico signo de victoria, y tras haber gritado "Gracias, italianos, por lo mucho que habéis hecho por nosotros", insistió en que llegaba como sindicalista, y que por ello "quiero ayudar al Gobierno a resolver algunos problemas más amplios".

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El ex obrero de Gdansk, premio Nobel de la Paz, ha llegado a Italia como primer ministro en la sombra del Gobierno polaco y se ha olvidado en seguida de su condición de líder de la oposición. "Polonía", dijo, "ha vencido, pero ahora, para que dicha victoria sea completa, tenemos que interesarnos de las cosas reales resolviendo los problemas económicos".

A Walesa le esperaba en el aeropuerto -donde llegó acompañado por su esposa, Danuta, por un grupo muy nutrido de sus colaboradores de Solidaridad y por el obispo de Danzika, Tadeusz Coclowski- el embajador polaco en Roma, Jozef Wiejacz, qujien le entregó un ramo de rosas blancas y rojas, los colores de la bandera polaca.

"El movimiento que dirijo dijo el símbolo de la nueva Polonia, "no es de derecha ni de izquierda. A través de los siglos se ha creado en Polonia una simbiósis entre la sociedad y la Iglesia, de la cual nosotros sólo hemos sacado provecho".

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