El Liverpool Nottingham se jugará por fin, el 7 de mayo

La federación inglesa decidió ayer a última hora que se dispute el próximo 7 de mayo el partido semifinal de la Copa entre el Liverpool y el Nottingham Forest, suspendido a los seis minutos de juego por la avalancha que sufrieron miles de aficionados. "La final se jugará en el estadio Weinbley el 20 de mayo y será el mejor homenaje que se pueda rendir a las víctimas de la tragedia de Sheffield", manifestó Graham Kelly, director ejecutivo de la federación inglesa.El Gobierno británico manifestó ayer que el futuro del fútbol de las islas depende de la introducción de tarjetas de identidad para todos los aficionados, una medida cuyos críticos creen que incrementa el riesgo de desastres como el del estadio de Hisllborough. Mientras, en Liverpool se ha levantado una ola de indignación por las críticas lanzadas ayer por la UEFA contra los hooligans del equipo local.

Douglas Hurd, ministro del Interior británico, de quien depende el deporte, compareció ayer en los Comunes para anunciar el nombramiento de juez encargado de dirigir a partir de hoy la investigación sobre los sucesos del sábado, y para insistir en los planes de su departamento de introducir, en la futura ley sobre los espectadores del fútbol, la obligatoriedad de que cada aficionado esté dotado de una tarjeta sin la cual no podrá acceder a los estadios.

Esta disposición -que cuenta con enemigos tanto entre los parlamentario conservadores como entre los de la oposición- causa repulsa en el mundo del fútbol británico, y en la catástrofe de Sheffield ven algunos una advertencia de -lo que pudiera pasar con el nuevo sistema. Cualquier problema en el ordenador que debe dar luz verde a los futuros espectadores generaría una concentración de hinchas ansiosos por entrar en el campo, cuya frustración se incrementaría al oir los gritos de los aficionados ante el desarrollo del juego.

Enfado con la UEFA

Eso pasó ante las puertas de Hillsborough y al presidente de la Unión Europea de Fútbol Asociación (UEFA), Jacques Georges, se le atribuyó ayer una durísima crítica a los hinchas del Liverpool. "Se puede hablar de ansia de la gente por entrar en el campo, pase lo que pase y a cualquier precio", dijo. "Se tiene la impresión de que eran bestias cargando. Eso no está muy lejos del hooliganismo".

En Liverpool cayeron como un rejón de castigo tales palabras, que la federación inglesa de fútbol, acosada en estos días por los seguidores de los diablos rojos, consideró fuera de lugar y ajenas a la verdad. La masa social del Liverpool, desde el obispo al último hincha, se niega a reconocer que los aficionados actuaran como hooligans. Nadie en Liverpool osa hablar en los términos atribuidos al presidente de la UEFA, organismo que ayer anunció que la readmisión de los clubes ingleses no se verá afectada por estos sucesos.