Unas cartas robadas sacan a la luz la crisis conyugal de Ana de Inglaterra
El robo de cuatro cartas personales dirigidas por un ayudante de la reina de Inglaterra a la princesa Ana, de 38 años, ha puesto en candelero las dificultades por las que atraviesa su matrimonio de 15 años con el capitán Mark Phillips, de 40 años. La pareja lleva desde hace mucho tiempo una vida separada y en los últimos 12 meses sólo han pasado juntos 40 días. La Prensa popular de las islas está explotando a fondo el filón de lo que, en palabras atribuidas al suegro de Ana, es "un extraño matrimonio".
Las cuatro misivas le fueron dirigidas a Ana por el capitán de fragata Timothy Laurence, un oficial soltero de 34 años que desde hace dos y medio realiza un trabajo a medio camino entre secretario y ayudante personal de la reina Isabel. Las cartas desaparecieron del despacho de la princesa Ana en el palacio de Buckingham hace un par de semanas y fueron entregadas al diario sensacionalista The Sun. El rotativo, con una sólida tradición de conflicto con la casa real, optó esta vez por la exquisita discrección, guardó el secreto y llamó a Scotland Yard, que trabaja en el caso.El pasado fin de semana cuando la existencia de las misivas no pudo ocultarse por más tiempo, Buckingham emitió un comunicado en el que reconocía que las cartas robadas habían sido escritas por Laurence. El portavoz palaciego se negó a comentar sobre los textos, redactados a lo largo de año y medio, que se presume tienen un tono altamente afectivo.
Era la segunda vez que, en menos de una semana, Buckingham hablaba en público sobre el matrimonio de la única hija de la reina de Inglaterra. Días antes, palacio había reconocido que Pamella Bordes -la joven con acceso al Parlamento que llegara a la primeras páginas de los peródicos por sus presuntamente remuneradoras andanzas nocturnas- llegó a coincidir en alguna ocasión con Phillips.
The Sun citaba ayer a un amigo de Laurence según el cual el marino "no ha dejado de pensar en la Princesa desde la primera vez que se vieron y, por lo que yo sé, sigue obsesionado con ella". La pareja siente una atracción mutua y lleva tiempo manteniendo largas conversaciones telefónicas. En ocasiones se han visto a solas, según las informaciones publicadas por el mismo rotativo.
El dolor de la princesa
El capitán Phillips se enteró por los periódicos de esta peripecia y del comunicado de Buckingham, y no ha hecho comentarios. El dolor de Ana, que ha mantenido su intensa agenda de compromisos, quedó refleja do el lunes en el comentario que realizó al recibir dos cheques para organizaciones benéficas que preside: "Sirven para restaurar la confianza de una en la humanidad".La misión del capitán de fragata Laurence es acompañar a Isabel II en sus actos públicos, tanto en el país como en el extranjero: su espigada figura de uniforme era una constante tras los pasos de la soberana durante su visita del pasado mes de octubre a España.
No es la primera vez que Ana se ve envuelta en un conflicto de exceso de familiaridad con extraños, aunque han sido más visibles las veces que Phillips ha aparecido en compañía de otras mujeres. Un observador de los asuntos de palacio dice que los problemas del matrimonio comenzaron a hacerse visibles hace ya 10 años, poco después de que naciera Peter, que hoy tiene 11 años, y antes de la llegada al mundo de Zara, de siete años.
El capitán Mark Phillips, cuya vida gira en torno al mundo de los caballos y al que se atribuyen ingresos anuales del orden de los 60 millones de pesetas, nunca insistió en ser aceptado con cariño por la familia real, rechazó un título e insistió en que sus hijos fueran educados sin los corsés propios de la realeza.
La Prensa especula sobre la situación en que ahora queda el matrimonio, y la opinión mayoritaria es que la pareja optará por mantener las formas. Los conocedores de la familia real no creen que Ana vaya a hacer pasar a sus hijos y a su madre el amargo trago del divorcio, que la reina ya tuvo que aceptar cuando su hermana Margarita se separó de lord Snowdon, en 1977.
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