La dirección de UGT aplaza el diálogo con el PSOE
La ejecutiva, de UGT dio ayer largas a la invitación del PSOE para constituir una comisión mixta partido-sindicato, por "falta de tiempo" para estudiar este asunto, debido a que la dirección de UGT tuvo que ocuparse de temas de "mayor interés sindical", como la mesa de empleo, la negociación colectiva y el Primero de Mayo, según fuentes de la dirección ugetista. Pese a todo, la dirección del sindicato no descarta acudir a alguna reunión. La medida no ha sorprendido en la sede federal del PSOE, donde ayer se afirmaba que, por lo menos, UGT no ha cerrado la puerta entreabierta.
Mientras la ejecutiva del PSOE señala las elecciones europeas como prioridad de la actividad partidaria para los próximos meses, UGT responde al PSOE con la misma desgana con que el partido formuló su oferta de restablecimiento del diálogo con el sindicato. Los máximos dirigentes de UGT creen que la comisión mixta propuesta por el PSOE está condenada al fracaso, por su propia composición y por el resultado del debate del Comité Federal socialista, en el que queda claro que no se va a cambiar la política económica.
En caso de que se celebre alguna reunión, UGT planteará que la resolución de todos los problemas pasa porque se atiendan las, demandas y los compromisos incumplidos, como es la extensión de la cobertura del desempleo al 48% de los parados, o la compensación de la deuda social con parados y pensionistas, demandas que para el sindicato no puede atender el PSOE, sino que corresponde hacerlo al Gobierno.
Lo que en ningún caso la dirección de UGT está dispuesta a abordar son cuestiones que supongan aceptar la disciplina del partido, según las mismas fuentes. Una cuestión prioritaria para el sindicato es lo que ellos denominan "la disolución del aparato de guerra de la calle Ferraz [sede del PSOE] y sus intentos por desestabilizar la UGT". Para la dirección de UGT los problemas con el PSOE no radican en la falta de diálogo, dado que permanentemente hay abierta una mesa de concertación, sino que vienen dados por una determinada política, causa, en su opinión, de que esas mesas se cierren sin acuerdo.
Un miembro de la dirección del PSOE afirma que el partido no podía hacer otra cosa que una oferta de "exploración" de posibilidades de diálogo y la designación autónoma de sus representantes, en tanto el sindicato mantenga la tesis de que existe una deuda social cuya satisfacción es previa al restablecimiento de relaciones con el partido y con el Gobierno. En este clima, los sectores críticos del PSOE se han visto atrapados en una situación de cierta perplejidad. Izquierda Socialista no comprende porqué no se han traducido en hechos las expectativas de giro que ellos habían creído entrever en sus contactos con la ejecutiva, previos a la reunión del Comité Federal, mientras el grupo constituido en tomo a García Damborenea y otros firmantes del llamado Manifiesto de los 15 mantiene la tesis de que el órgano máximo del partido no era el lugar adecuado para discutir sus análisis sobre la crisis del proyecto socialista y afirma que piensan continuar con su tarea.
Temor a la abstención
El sindicato tampoco ha dado respuesta definitiva a la cuestión de si apoyará o no al PSOE en las elecciones europeas, pero anuncia la misma para los próximos días 24 y 25.
Uno de los hechos que parecen haber influido en la enérgica posición adoptada por Felipe González y su equipo, en defensa de su propia línea, es el estudio del CIS sobre la situación preelectoral, del que se desprende que los resultados del PSOE en las elecciones europeas dependen más de la movilización del electorado indeciso o abstencionista, que de las críticas de la UGT.
La hipótesis de ese estudio es que el PSOE puede igualar o superar sus resultados de 1987, en los que obtuvo el 37% del voto emitido. El resultado de ese estudio no refleja intención de voto real, sino proyecciones efectuadas por analistas a partir de encuestas del CIS. Pero dos menciones de Alfonso Guerra a esas encuestas en el seno del Comité Federal del PSOE bastaron para que cesaran las preocupaciones internas más acuciantes sobre la repercusión electoral del conflicto con los sindicatos.
La existencia de altos niveles de indeterminación en el electorado es la causa de que el Gobierno se incline" en principio, por la celebración de las elecciones en día laborable. La tendencia a la abstención y la indecisión, que en estos momentos afecta a más de la mitad del electorado, podría acentuarse en caso de que se celebren en domingo. Medios parlamentarios estiman muy probable la fecha del jueves 15 de junio, aunque el Gobierno ha considerado también las críticas a esa decisión -sobre todo por parte de sectores empresariales-, y las dificultades para dar a,conocer los resultados en un mismo día en toda la Comunidad Europea, como en principio se pretendía.
El ministro de Relaciones con las Cortes, Virgilio Zapatero, calificó ayer de "especulación" el manejo de unas y otras fechas. El Consejo de Ministros tiene dos oportunidades para tomar esa decisión, el viernes 14 o el siguiente, día 2 1, dentro de los plazos legales para realizar la convocatoria.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.