Frágiles amores
El refrán que encabeza la tercera comedia y proverbio de Eric Rohmer, Pauline en la playa, es "qui trop parole il se mesfait". Y sobre el exceso de palabras y la escasez de sentido gira su enrevesado argumento.
Enrevesado por cuanto, tomando como centro neurálgico de la acción una luminosa playa de Normandía y sus gentes en pacíficas y casi tahitianas vacaciones, Rohmer va hilando historias de amor entre sus personajes y sometiéndoles a celos, engaños, egoísmos e hipocresía, todo un conglomerado de bajezas humanas observadas por el director con la sutil, simple, elegante y económica mirada que le caracteriza.
Y tomando como catalizador de tanto sentimiento en crisis y existencia en cuarentena a Pauline, el personaje más joven de todos, la adolescente que, de tomar ejemplo de las criaturas que la rodean, tiene un futuro bastante triste.
¿Quiere con todo esto decir Rohmer que vivimos años de absoluta fragilidad sentimental? Probablemente sí, y además que todo lo barnizamos con diálogos sin sustancia, ridículos, involuntariamente cómicos.
Definen una generación, y Pauline en la playa, en este sentido, es una obra capital del cine contemporáneo, para muchos el mejor Rohmer de la década.
Pauline en la playa se emite por TVE-2 a las 21.35.
