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La disputa por Serena

El Gobierno italiano estudia la fórmula que permita devolver una niña filipina a sus padres adoptivos

Juan Arias

La historia de Serena, la niña filipina de tres años adoptada ilegalmente por un matrimonio italiano cuando tenía 18 meses, ha vuelto conmocionar al país al dictar los jueces una sentencia que arrebata la niña de sus padres adoptivos ilegalmente para confiarla a otro matrimonio. El miércoles la policía de Milán retiró una bomba antes de que estallara frente a las oficinas de KLM, la compañía aérea que vuela a Filipinas.

En vano se había movilizado el presidente de la República, Francesco Cossiga; de nada sirvieron los miles de firmas de solidaridad con la familia recogidas en toda Italia; tampoco consiguió remover de sus trece a los jueces; el encuentro en Roma de los padres adoptivos de Serena con el ministro de Justicia, ni la posición firme de los psiquiatras infantiles más importantes del país. Como ha señalado el diario La Repubblica, "la ley ha vencido al corazón". Y conocida la sentencia definitiva, los padres adoptivos de Serena, Francesco Giubergia y Rosanna Gaveglio, han gritado: "No nos resignamos. Acudiremos al tribunal de Estrasburgo para denunciar el atropello contra Serena". Francesco y Rosanna han revelado que el otro hijo, Nazario, de cuatro años, también filipino -éste sí adoptado legalmente-, que había recibido a Serena como a una hermanita, no quiere rezar desde entonces. Lo hacía cada noche con la pequeña, "como estaban acostumbrados en Filipinas", ha comentado la madre.El caso de Serena no sólo pasará ahora al tribunal de Estrasburgo, sino también al Parlamento italiano, donde el ministro de Justicia tendrá que responder a las interpelaciones que varios partidos políticos han hecho sobre el caso. Y ya el ministro Vassalli ha afirmado que para él "no todo está acabado", aunque no ha querido revelar qué tipo de argucia jurídica está estudiando el Gobierno para poder devolver a la pequeña Serena a los brazos de quien cree ser su madre sin violar la ley dictada por los tribunales de Turín.

Padres verdaderos

La conmoción que suscita el caso de Serena en Italia se ha intensificado al conocerse la solución que un tribunal de Nápoles ha decidido sobre un caso idéntico: una familia adopta un niño fingiendo que es hijo natural y al cabo de dos años, al descubrirse el engaño, el asunto es llevado a los tribunales. En Nápoles, al revés que en Turín, "el corazón fue más fuerte que la ley" y los jueces dictaron sentencia a favor de los cónyuges a quienes el niño "siempre ha considerado como sus padres verdaderos".Los jueces de Turín insisten en que su sentencia defiende la ley de la adopción "contra los mercaderes de niños" y porque la ley no puede ser quebrantada por ningún motivo. Los de Nápoles han preferido ver las cosas desde los derechos de un niño, incapaz de razonar, que no podría entender por qué se le separa de sus padres para confiarlo a una familia que no conoce.

El miércoles la policía de Milan desarticuló una bomba junto a la oficina de la compañía KLM que vuela a Filipinas. Una voz anónima amenazó: "Si Serena no es devuelta a sus padres adoptivos haremos una matanza".

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