Cienciología y fraude
Dice el señor Jentzsch, líder mundial de la secta de la Iglesia de la Cienciología-Dianética, que para el Vaticano son una religión que trabaja legalmente en 55 países. Es posible que el Vaticano opine así. Quien contrató para administrar las finanzas vaticanas a Michele Sindona, sabiendo que estaba vinculado con la Mafia y con la logia masónica Propaganda Due, puede opinar cualquier cosa. También dice que para la justicia, italiana son una asociación religiosa, cuando en 1986 el Tribunal Civil y Penal de Milán calificó las técnicas de captación usadas por la secta como de "carácter criminal". Tampoco dice que el fundador de la secta, Lafayette Ronald Hubbard, vivía a bordo del Apollo para evitar ser detenido. Igualmente soslaya que un informe oficial australiano llamó a la Iglesia de la Cienciología "la más grande organización mundial de personas incompetentes dedicadas a la práctica de técnicas peligrosas, disfrazadas de terapia mental". Ni que el Consejo de Europa ha calificado a esta secta como de "muy peligrosa". El señor Jentzsch sabe que en Italia hay denuncias sobre la secta del orden de miles de millones de liras, y que en estas fechas en Suecia se siguen investigaciones contra la misma por "estafa y falsificación de avales" que ascienden a 600 millones de coronas, y que, a finales de noviembre de 1988, miembros del FBI detuvieron por fraude fiscal a la viuda de Hubbard y a 12 miembros más de la secta en el instante mismo en que salían de la cárcel.Dice el señor Jentzsch que son una religión. Al margen de que religión es el hombre buscando a Dios, y cristianismo es Dios buscando al hombre, en el libro que vende la secta La cienciología y la Biblia se afirma: "Dios resulta inaplicable para la cienciología. Sólo ésta es pertinente. No es asunto de importancia si Dios existe o no. La obra completa de la cienciología para nada toma en cuenta a Dios".
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