Túnez consagra hoy a Ben Alí como su presidente
Unos 2,7 millones de tunecinos tienen hoy una cita con las urnas, en las primeras elecciones presidenciales y legislativas desde la deposición de Habib Burguiba, el 7 de noviembre de 1987. Candidato único a la presidencia, con el apoyo del poder y de toda la oposición, Ben Alí legitimará ampliamente la jefatura del Estado que se otorgó al destituir a Burguiba. la principal incógnita de los comicios tunecinos de hoy es el resultado que obtendrán los islamistas en las elecciones legislativas. Todo el mundo en Túnez proclama que es más benalista que los demás.
La Agrupación Constitucional Democrática (ACD), el viejo partido de Burguiba, rejuvenecido por su sucesor, recuerda con insistencia al electorado que Ben Alí es su dirigente. La oposición, desde el Movimiento de los Demócratas Socialistas (MDS) de Ahmed Mestiri hasta los islamistas de Rachid Ganuchi y Abdelfatali Muro, afirma que Ben Alí es el demócrata que lucha contra los viejos hábitos totalitarios de administración del Estado y de la ACD, durante tres décadas el partido único en el pequeño país magrebí.En Ben Alí, un hombre discreto, afable y bienintencionado de 52 años de edad, la inmensa mayoría de los tunecinos ha depositado sus esperanzas de una vida mejor. El presidente es así, al mismo tiempo, el "heredero de Burguiba", el "artífice del canibio", el "padre de la II República tunecina", el "protector de la sensibilidad musulmana" y muchas otras cosas. Su elección hoy como presidente por una gran mayoría del electorado tunecino no presenta dudas.
Si la oposición ha renunciado a presentar candidatos a la jefatura del Estado, aspira, en cambio, a ocupar, por primera vez en la historia del país, algunos de los 141 escaños del Parlamento tunecino. Las elecciones legislativas de hoy son el verdadero examen de la profundidad del proceso de apertura democrática desencadenado por Ben Alí.
Sistema mayoritario
El sistema tunecino de escrutinio mayoritario, que otorga todos los escaños de cada circunscripción al partido que obtenga más votos, va a dificultar una presencia sensible en el futuro Parlamento de fuerzas contrarias a la ACD. El socialdemócrata MDS de Mestiri, un partido de cuadros, se ve particularmente desfavorecido por ese sistema de escrutinio.El aún no legalizado Partido del Renacimiento (En Nalida), nombre adoptado por el poderoso Movimiento de la Tendencia Islámica, ha hecho una muy activa campaña electoral y, según la mayoría de las estimaciones, independientes, debe obtener entre el 15% y el 25% de los sufragios. Los islamistas se presentan como independientes y bajo banderas de color violeta en 18 de las 25 circunscripciones.
La campaña electoral ha permitido probar la fuerza y organización de las gentes de Ganuchi y Muru. Sus mítines se han desarrollado en lugares cerrad.os y en perfecto orden, bajo la atenta mirada de chicos barbudos y muchachas con los cabellos velados. Hombres y mujereis de todas las edades y condiciones sociales, separados por sexos, han coreado las consignas "Islam y libertad" y "Alá Akbar", y han solicitado la amnistía general. Unos 7.000 islamistas tunecinos no han recuperado aún todos sus derechos civiles.
El partido de Ben Alí ha pretendido subrayar a lo largo de toda su campaña la inutilidad actual de un movimiento islamista en Túnez. El cambio del 7 de noviembre de 1987, dicen sus responsables, ha devuelto a la religión musulmana su lugar en la sociedad tunecina.
El uso político del Corán
El primer ministro Hedi Bacuch ha afirmado que su partido "concilia el progreso con la herencia espiritual tunecina". Le Renouveau, órgano periodístico de la ACD, ha calificado de "comercio desleal" el "uso del Corán para recoger votos". Sin embargo, uno de los carteles de la campaña presidencial de Ben Alí le presenta con el blanco lienzo sin costuras de peregrino a la Meca.Los islamistas tunecinos estan dando estos días una imagen de moderación que les distancia de modo sensible de los integristas chiíes libaneses o iraníes. El Partido del Renacimiento afirma apostar por el benalismo y la democracia parlamentaria, y Ganuchi, su líder espiritual, se declara opuesto a imponer por la fuerza los valores religiosos que sostiene. La predicación, dice, es el instrumento del retorno a los valores coránicos. Los islamistas no han hecho ningún tipo de propaganda contra el Código del Estatuto Personal de Burguiba, que otorga a la mujer tunecina la igualdad jurídica con el hombre.
Para la ACD, el antiguo Movimiento de la Tendencia Islámica usa un "doble lenguaje" y esconde tras su moderación actual pretensiones mucho más radicales.
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