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Las máquinas tragaperras reducen en un 50% el valor de los grandes premios

Los grandes premios de las máquinas tragaperras no superarán la 12.500 pesetas. La medida supone una reducción en un 50% del valor de los grandes premios ofrecidos hasta ahora por la mayoría de las máquinas recreativas en nuestro país. Esta reducción empezó a hacerse efectiva el pasado 30 de marzo y ha afectado en principio sólo a las nuevas máquinas tragaperras salidas de las más importantes fábricas del sector. Estas máquinas serán fácilmente reconocibles gracias a un distintivo colocado sobre el vídeo.

La reducción de los grandes premios no supone una reducción de los premios totales ofrecidos por las máquinas tragaperras a los jugadores, que viene a ser de un 80% sobre los ingresos brutos. La medida tiene como único objetivo garantizar el fraccionamiento de las ganancias y tratar de disuadir a aquellos jugadores que se acerquen a las máquinas no por razones lúdicas sino por la avidez de conseguir el gran premio.Esta reducción del valor de los grandes premios afectará paulatinamente a todas las máquinas existentes en el mercado, que deberán modificar en los próximos meses sus programas de juego si quieren ser homologadas por la Comisión Nacional del Juego y obtener la renovación de la licencia. En el caso de los propietarios de las máquinas que no modifiquen los programas, éstas serán dadas de baja automáticamente y declaradas ilegales por la Administración.

La reducción de los grandes premios fue aceptada por la mayoría de los fabricantes de máquinas tragaperras, de acuerdo con las directrices esbozadas por la Comisión Nacional del Juego, y plasmadas en una resolución publicada el pasado 30 de enero en el Boletín Oficial del Estado. La comisión recordaba en el documento la obligación de los fabricantes de tragaperras de que los premios se ajustarán al reglamento establecido en 1987, en el que se afirma que el valor de las ganancias no podrá superar nunca 20 veces el valor de lo jugado. Por una jugada de 25 pesetas, que es lo que habitualmente cuesta una jugada en las máquinas tragaperras, debiera obtenerse sólo un premio máximo de 5,00 pesetas.

Con esta resolución, la Comisión Nacional del Juego pretende erradicar una práctica habitual en los fabricantes desde 1987, que habían creado un sistema de premios encadenados (serie de premios) gracias al cual se burlaban los topes de premios establecidos en el reglamento. Estos encadenamientos o series de premios permiten al jugador obtener en la práctica ganancias de hasta 25.000 pesetas, multiplicando por 100 el valor de lo jugado.

Crecimiento anárquico

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La reducción en un 50% del valor de los grandes premios es una fórmula provisional de pacto con los fabricantes del sector. Supone un primer paso de la Comisión Nacional del Juego para ordenar y controlar el funcionamiento de las máquinas tragaperras, que ha crecido en los últimos años anárquicamente. Un sector importante de fabricantes de máquinas tragaperras, agrupados en la patronal Facomare -Asociación Española de Empresarios de Máquinas Recreativas-, ha aceptado de buen grado esta reducción de los grandes premios como prueba de buena voluntad hacia los intentos de la Administración por ordenar y estabilizar jurídicamente el sector. "Necesitamos una reglamentación eficaz de las máquinas recreativas con premio que ponga fin a la situación de incertidumbre en que hasta ahora nos encontramos inmersos", ha asegurado Eduardo Morales, presidente de Facomare.A pesar de esta política conciliadora de Facomare, la patronal ha puesto el asunto en manos de sus servicios jurídicos, que han presentado dos recursos ante en Tribunal Supremo, en los que se pide la nulidad de la resolución dictada el pasado 3 de enero.

En opinión de Facomare, la resolución vulnera los principios de la libre empresa y es una injerencia intolerable de la Administración en la política industrial de un sector. Asegura, además, que esta resolución es ¡lícita, ya que con ella se trata de modificar una disposición jurídica de rango superior como es un reglamento.

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