'De qualité'

De 1977 y 1979 son las dos películas de hoy, una española; la otra, coproducción entre México, Cuba y Venezuela. Ambas, amén de ser dramas al borde de un ataque de folletín, nacen con voluntad de qualité, y ya se sabe que cuando así se dice y así se escribe es porque antes que calidad existe presunción.El ladrido, por ejemplo, la realizó uno de nuestros más prolíficos y característicos autores de comedia, Pedro Lazaga, sólo que esta vez apostó por el melodrama tempestuoso, el tema de los maquis -o su metáfora-, sin olvidar, apertura obligaba, el coyuntural destello erótico. El resultado es un filme torpe, endémico, sin garra alguna.

Más interés ofrece La viuda de Montiel, arriesgada adaptación de un cuento de García Marquez, de casi imposible plasmación cinematográfica. El chileno Miguel Littin, histórico por El chacal de Nahueltoro, Actas de Marusia o El recurso del método -y de quien el telespectador recordará la serie Acta general de Chile, estupendo documento-, ilustra el texto con bellas imágenes y aspira a traducir su espíritu telúrico, desgarrado y fabulador con tonos intimistas y líricos. Sin embargo, el resultado sigue apuntando las posibilidades que hubiera podido dar la historia bajo otros enfoques y abre, una vez más, el sempiterno debate sobre el matrimonio entre literatura y cine.