La Comunidad Europea da 'luz verde' a la participación de la EFTA en el mercado único a partir de 1992

La participación de los países de la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA) en el mercado único europeo a partir de 1992 recibió ayer un nuevo "impulso político" en la reunión de ministros de Asuntos Exteriores CE-EFTA celebrada ayer en Bruselas. La Comunidad mostró su satisfacción por la declaración de Oslo, aprobada el pasado día 15, en la que Austria, Noruega., Finlandia, Islandia, Suecia, Suiza y el Principado de Liechtenstein ratifican su voluntad de crear el espacio económico europeo.

El establecimiento de un área comercial común entre 19 países de Europa occidental -los 12 miembros de la Comunidad, más los, siete socios de la EFTA- en el que esté vigente la libre circulación de personas, mercancías, servicios y capitales fue reafirmado ayer en Bruselas en la conferencia informal de ministros de Asuntos Exteriores de, las dos organizaciones. El objetivo es crear un espacio económico común para un mercado de 352 millones de personas, que representa el 45% del comercio mundial.El ministro español de Asuntos Exteriores y presidente de la CE, Francisco Fernández Ordóñez, manifestó que las dos partes están de acuerdo en "la necesidad de dar pasos nuevos" para fijar el marco de la futura cooperación y que en otoño, bajo la presidencia francesa de la Comunidad, habrá una nueva reunión en la que podrá precisarse la metodología y los avances en la cooperación comercial de los dos bloques económicos de Europa occidental. "La presidencia española", añadió el ministro, "considera este tema como una prioridad de su mandato" y la declaración de Oslo del pasado día 15, en la que los países de la EFTA expresaron su voluntad de: caminar hacia una unión aduanera, muestra el avance logrado.

El mismo tren

El representante de turno de la EFTA, el ministro de Asuntos Exteriores de Noruega, Thorvald Stoltember, destacó el dinamismo del proceso porque "vamos en un mismo tren y estamos cogiendo velocidad". Jacques Delors, presidente de la Comisión Europea, valoró la decisión de la EFTA de reforzar sus estructuras para poder negociar con la CE una cooperación comercial profunda. Esto demuestra, en su opinión, que "la Comunidad no quiere ser una fortaleza y que compartimos los mismos ideales de sociedad, lo cual tiene que traducirse en una nueva política".

La reunión ministerial no entró a pronunciarse sobre las etapas de la negociación ni sobre la metodología de las mismas, aunque "habrá que superar muchos problemas técnicos", según explicó Fernández Orelófiez. Entre ellos, la resistencia de Suiza a perder cualquier parte de soberanía nacional en este proceso de integración y la preferencia de Austria por ser miembro de la CE. El ministro de Asuntos Exteriores de este país, Alois Mock, volvió a dejar ayer claro que su país "desea participar en el proceso de intetración europea como socio de pleno derecho".

Lo, que está claro es que los dos bIoques están de acuerdo en la necesidad de compartir el gran mercado único. Para la CE, se trata de mantener las relaciones privilegiadas con un mercado más importante que el de EE UU y Japón juntos. La EFTA absorbe el 10% de las exportaciones comunitarias y proporciona un excedente comercial anual a la CE de más de un billón de pesetas. Para los países d la EFTA, la dependencia es todavía mayor, ya que de este acuerdo en ciernes depende la garantía del 60% de sus exportaciones.

Además, el Consejo de Ministros de la Comunidad aprobó ayer, el mandato de negociación con Andorra. El objetivo es lograr un acuerdo de cinco años, en el que la CE quiere obtener compromisos con el Principado en cuanto a su sistema fiscal, al tratamiento de los intercamb os y la legislacion social que contradice los principios comunitarios.