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El fracaso electoral en Hesse pone a Kohl en la peor crisis política desde 1982

El catastrófico resultado cosechado por la Unión Cristianodemócrata (CDU) en los comicios municipales del estado federado alemán de Hesse pone al canciller de la República Federal de Alemania (RFA), Helmut Kohl, ante la situación política más grave desde que accedió al poder en 1982.Las elecciones de Baviera, el Sarre y Renania Westfalia- en los próximos 20 meses penden ya sobre la cabeza de Kohl como una espada de Damocles. Los posibles sustitutos del líder cristianodemócrata, sobre todo. el presidente del estado de Baden Württemberg, Lothar Spaeth, olfatean buenos vientos políticos.

Este resultado intensificará la lucha entre las alas centrista y derechista en la CDU y fortalecerá las tentaciones del Partido Liberal (FDP), sugeridas ya por algunos de sus líderes, de saltar de nuevo de un Gobierno cuya base electoral está en desbandada. Pese a la larga bonanza económica en la RFA, la combinación de recortes en los servicios sociales, el desempleo y la llegada masiva de refugiados extranjeros y alemanes del Este de Europa, verdaderos o supuestos, amenazan ya la supervivencia del Gobierno conservador-Iiberal.

Propaganda xenófoba

En Frankfurt, donde el partido neonazi, NPD, logró el 6,6% de los votos, según los datos oficiales y siete escaños, -un absoluto escándalo político-, se ha vuelto a demostrar que una propaganda xenófoba y patriotera se vuelve siempre contra el gran partido de la derecha para beneficiar a grupos extremistas. En el centro del espectro electoral no se pueden lograr votos con la propaganda radical contra refugíados e inmigrantes que ha practicado la CDU en Frankfurt. FrankfÚrt tiene un 25% de población extranjera. La tentación de utilizar a los extranjeros como arma electoral arrojadiza le ha costado muy cara a la CDU.

Su partido está sufriendo el mismo proceso que el que arrebató el poder al Partido Socialdemócrata (SPD) bajo el canciller Helmut Schinidt: un nuevo partido -en el caso del SPD eran los Verdes, ahora es la extrema derecha para la CDU- le arrebata el sector de su electorado más lejano al centrismo.

Para el Gobierno en Bonn, la .situación se torna alarmante. No ha pasado aún medio año desde la muerte del líder bávaro Franz Josef Strauss, el gran integrador de la extrema derecha en el sistema democrático, y el ala extremista, crecido por la xenofobia, ha logrado ya con éxito establecerse como fuerza parlamentaria. Los Repúblicanos en Berlín oeste aún se declaran un partido demócrata y no nazi, pese a que existen serias dudas, sobre todo en lo que se refiere a ciertos dirigentes. El NPD, sin embargo, es un partido nazi, prohibido en Berlín oeste por las fuerzas alíadas. Su Prensa, la Nationalzeitung ante todo, propiedad de su dirigente Frey, es un órgano nacionalsocialista aunque no pueda lucir la cruz gamada en la cabecera por estar prohibido su uso.

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