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El mito Eltsin

Pilar Bonet

Boris Eltsin, el defenestrado jefe del Partido Comunista de Moscú, puede volver a la capital soviética en olor de multitudes si prospera su candidatura por el distrito Nacional-Territorial, equivalente a la primera ciudad de la URSS. Moscú, una metrópoli de nueve millones de habitantes y acceso restringido, está dividida en otros 26 distritos por su número de habitantes. En varios de estos distritos la candidatura de Eltsin fue promovida y votada, pero el político, que hoy tiene rango de ministro y es vicepresidente del organismo de construcción estatal, ha elegido los comicios más simbólicos de la voluntad de la mayoría de los moscovitas.Eltsin compite con Evgueni Brakov, el director de la fábrica de coches Zil, una de las mayores fábricas de automóviles de la URSS con una plantilla de miles de obreros. La Zil es la fábrica que produce los coches de lujo blindados para miembros del Politburó del PCUS.

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Las elecciones han servido para rehabilitar oficialmente a Eltsin, que es uno de los hombres más populares de la URSS, según revelan las encuestas de opinión que diversos centros soviéticos han comenzado a publicar en los últimos tiempos.

Realidad reconocida

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Los medios de comunicación, que han estado omitiendo su figura, se han visto obligados a reconocerle como una realidad. De hecho, el silencio contribuía más que cualquier otra cosa a su mitificación popular. La XIX Conferencia del PCUS, donde se enfrentó con Egor Ligachov, lejos de perjudicarle, aumentó su fama entre los ciudadanos de a pie.

Las autoridades soviéticas parecen haber comprendido la necesidad de desmiliticar a Elstin, y así el canal moscovita de la televisión ofreció un reportaje de madrugada sobre la asamblea electoral que dio la victoria a Elstin sobre una decena de competidores. La nueva revista del partido comunista soviético, Noticias del PCUS, va a publicar las actas del pleno de octubre de 1987, donde Eistin presentó su dimisión, según se ha anunciado públicamente. Eltsin se ha negado siempre a comentar en su totalidad lo que dijo en aquella sesión que le costó el cargo. Su negativa permite. que circulen todo tipo de versiones sobre su discurso. Su publicación en vísperas del pleno del comité central que ha de confirmar a los candidatos del PCUS supone un paso más en la desmitificación de la polémica figura del más populista de los políticos soviéticos.

Eltsin puede convertirse en uno de los abanderados de un grupo de oposición radical en el futuro Soviet Supremo. Eso es lo que él quiere. Con la rehabilitación y su presencia pública, no obstante, su figura ha adquirido un carácter más humano y se ve sometida a las mismas sospechas que cualquier miembro de la clase dirigente. La gente quiere saber por qué su hija se ha cambiado a un apartamento mayor. Eltsin se ve obligado a ponerse a la defensiva y a insistir en que no tiene privilegios -su caballo de batalla- y a explicar que la calefacción no calentaba en el anterior domicilio de su hija.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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