Créditos maestros

Grandes nombres adornan hoy la programación cinematográfica de la pequeña pantalla. Y buen cine tras ellos. Para empezar, Jasón y los argonautas, un agradable relato de aventuras fantásticas donde destacan la gran artesanía de Ray Harryhausen en los efectos especiales y la banda sonora de¡ maestro de maestros Bernard Herrmann.La última orden es un viejo filme americano realizado e interpretado por los artífices de El Angel Azul, Josef von Sterriberg y Emil Jannings. Hinca el diente en la propia maquinaria hollywoodense de creación de ficciones a menudo a partir de referentes reales; aquí es un antiguo general de¡ zar, hoy triste extra de cine, quien volverá a ponerse el uniforme y las medallas para encarnar a un militar frente a las cámaras y dirigido por un compatriota suyo, líder que fuera de la revolución.

El asesinato de la hermana George es uno de esos filmes -inédito, dado que su tema profundiza en una relación lésbica, en nuestras pantallas grandes en que Robert Aldrich, cineasta de bronco universo masculino, acariciaba con sensibilidad el femenino. Para muchos, El asesinato de la hermana George -que cuenta con grandes interpretaciones de Beryl Reid y Susannah York- está por encima, en este sentido, de ¿Qué fue de Baby Jane? y La leyenda de Lylah Clare.

Los créditos maestros siguen en Tres camaradas, película de Frank Borzage con Joseph L. Mankiewicz en la producción, F. Scott Fitgerald en el guión -adaptando una novela de Ramarque-, fotografía de Joseph Ruttenberg y música de Franz Waxman, que no es moco de pavo. Su historia se ubica en la Alemania de entreguerras, con su brote del nazismo, y se centra en la amistad de tres ex combatientes y su amor por una mujer.