La huelga minera de Kosovo finaliza con la dimisión de tres dirigentes
MIRJANA TOMIC Los más de 1.000 mineros de la etnia albanesa que permanecieron ocho días en el interior de la mina de Trepca salieron anoche a la superficie, unos cargados en las camillas y otros con los ojos cubiertos para protegerlos de la luz. Sus demandas habían sido satisfechas. Los tres dirigentes cuyas cabezas exigían, presentaron sus dimisiones: el jefe del partido en Kosovo, Rahman Morina; el jefe del partido en Pristina, Husamedin Azemi, y el miembro del comité central del partido, Ali Sukrija.
Al mismo tiempo, unos 800 mineros serbios y Montenegrinos bajaron a la mina Kopaonik, del mismo complejo de Trepca, postulando las demandas contrarias a las de los colegas albaneses, en respaldo de los dirigentes dimitidos, a los que los albaneses acusan de traición a sus intereses. Al enterarse de la dimisión de los dirigentes de Kosovo, unos 5.000 serbios y montenegrinos se reunieron en Kosovo Polje para prestar apoyo a las medidas especiales puestas en práctica por el Gobierno.
Aviones militares sobrevolaron ayer Pristina, la capital de Kosovo; los carros de combate esperaban en la entrada de la ciudad mientras que los camiones llenos de soldados circulaban por las calles, informó la agencia yugoslava Tanjug.
Máxima tensión
El drama en la provincia meridionial serbia está alcanzando su máxima tensión con el problema étnico a punto de estallar en un conflicto armado, al mismo tiempo que los últimos acontecimientos han dividido otra vez a los pueblos yugoslavos. En la tarde de ayer, una multitud de eslovenos congregados en el Cankarev Dom, en Lubliana (Eslovenia) criticó la actitud gubernamental hacia los mineros y el despliege de tropas de policía federal y recogió más de mil firmas de protestas.
Los croatas, que habían pedido la protección de las vidas humanas, se distanciaron de la actitud eslovena. La solidaridad eslovena con los mineros albaneses provocará escisiones adicionales con los serbios y los montenegrinos, quienes habían lamentado que las vidas humanas se están sacrificando en nombre de los intereses de los nacionalistas albaneses, "quienes manipulan a los mineros".
El jefe del partido comunista en Kosovo, Rahman Morina, justificó ayer su dimisión diciendo: "Me conmovió saber que ustedes están convencidos de que yo soy el responsable de sus vidas y de su salud". El dirigente comunista de Pristina, Azemi, por su parte, precisó que dimitía "bajo la presión y el chantaje".
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