_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

El drama pasional

"La distinción entre vida pública y privada, esa invención de los astutos para blindarse el sitio vulnerable, presenta su lado cómico, pues el individuo, al sentirse herido por un saetazo, demanda si el tiro va lanzado contra el hombre público o el privado (...). La vida pública se reduce a la prolongación de la vida privada, como la sociedad se reduce también al ensanchamiento de la familia, y nadie, por más agudeza de ingenio que tenga, puede señalar dónde acaba o dónde empieza la publicidad de un acto. Con uniforme oficial o traje casero, en el sillón de la oficina o en el sofá del dormitorio, el hombre conserva su identidad y vive la misma vida".El tema de este texto, sacado de un discurso de 1889 del peruano Manuel González Prada, está últimamente de plena actualidad en nuestro país. No quiero defender la unidimensionalidad del político ni un severo ejercicio de control que ahogue su libertad interior o su espacio privado (en el fondo son como niños), pero siento esa dificultad congénita que me impide separar en él/ella las dos personalidades: la pública y la privada.

Tiene que ser muy complicado vivir en cuaresma y en carnaval al mismo tiempo, hoy me quito la máscara, mañana me la pongo, sin contar con la angustia diaria de que el azar pueda más que los favores y los amigos. Pero yo, que pago parte de su sueldo (aunque las subidas corren de su cuenta), espero de la clase política algo más que sonrisas y lágrimas, quizá un poco de imaginación en el asunto, tantas maquinaciones van a terminar por enloquecerme, un drama pasional entre políticos de diferentes ideologías terminaría por convencerme de su seriedad en el ejercicio del poder, por fin una manifestación real de la unión entre lo público y lo privado, el amor todo lo puede.-

Creame, he meditado durante unos minutos sobre el cómo ha de redactarse una carta seria, clara y exacta que diese forma a mi crítica como espectadora de esta nuestra sociedad democrática, le consumo. Y mire, he pensa que no estamos para perder el tiempo, y las cosas, cuanto más explícitas, mejor.

De unos años aquí, y en mi cacomo digo, de mera observadora, he venido anotando una serie de circunstancias, eventos y sucesos recogidos por los medios de comunicación y que más me han irritado y defraudado. Y hoy -debe de ser por la sangre contaminada, drogada y casi en paro que fluye por mis venas, que son como las de todos los españoles- me he decidido por fin:

1. Le manifiesto mi más profunda indignación y vergüenza ajena, como mujer, a que Marta sin (así bautizada por Maruja Torres) se haya convertido en la noticia por la que los españoles han corrido a comprar al quiosco de enfrente, a juzgar por las ediciones agotadas del semanario que ya ni es necesario nombrar.

2. Mi segunda y más profimda protesta es porque en esta sociedad democrática de consumo lo democrático haya caído tan en desuso como para imposibilitar que la voz del,pueblo se pueda escuchar, si no es la de unos que militan en los grupos o

Pasa a la página siguiente

Viene de la página anterior

partidos sociales de importancia. Un individuo no tiene opción a hacer pública su opinión de forma razonable, si no es porque su carta sea la elegida entre miles de otras cartas al director o, si hay suerte, porque una mañana me pillen en casa los de la radio, con los pies sobre la mesa, la televisión encendida y el oído atento a la radio, leyendo al mismo tiempo Las cinco buenas razones para eliminar la televisión, de H. Schiller, para preguntarme cómo se cocina el bacalao a la bilbaína. Cosa que, como usted comprenderá, en mi calidad de ama de casa trabajadora hago bastante a menudo.

3. Le expreso mi tercera, y más profunda indignación porque los criterios de selección que priman en los medios sean el dinero, la economía y la política. Y siempre, o casi siempre, para no generalizar, de forma personafizada, es decir, referido siempre a individuos que, cuanto más famosos y notables, mejor. Los abstractos son demasiado complicados para el pueblo llano.

Dígame usted, señor director, ¿es ésta la única forma de vender un periódico?- Mercedes Valladolid. Madrid.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_