El Banco de España no encuentra objeciones a la cuenta de resultados del Banesto
Los responsables del Banco Español de Crédito comunicarán en los próximos días a los accionistas de la entidad la evolución de la cuenta de resultados del banco en 1988. Esta cuenta, que presentará algunos retoques sobre la inicialmente mandada al Banco de España el pasado 20 de enero, es conocida por la autoridad monetaria, que no ha puesto ningún problema para que sea difundida, según fuentes cercanas, aunque "ello no representa ningún tipo de aprobación, ya que son las juntas generales de accionistas quienes deben hacerlo". La operación de venta de activos del Banesto a su participada La Unión y el Fénix parece no plantear mayores problemas legales, toda vez que el banco es responsable subsidiario de las posibles minusvalías, y si se tiene en cuenta que otras instituciones financieras han hecho algo similar.
Las cuentas de resultados correspondientes a 1988 que Banesto mandó al Banco de España, y que fueron aprobadas por el consejo de administración de la entidad con el voto en contra de cinco consejeros y la abstención de otros cinco, han sido modificadas no en lo que se refiere a la cifra final de beneficios ni de recursos, sino en cuanto a en qué epígrafes debían contabilizarse algunas operaciones realizadas a lo largo del ejercicio.Dos han sido las operaciones, según fuentes que tienen acceso a esta información, especialmente estudiadas. La primera de ellas corresponde a la operación de compra por parte del Banesto del edificio que constituía su sede en el madrileño paseo de la Castellana y que era propiedad de una sociedad del banco al ciento por ciento. Esta operación se llevó a cabo para poder aflorar plusvalías en el proceso de fusión con el Central. La valoración de dichas plusvalías se hizo a precios inferiores a los de mercado y en un principio se contabilizó como ingresos financieros. Las conversaciones que los responsables del Banesto han mantenido con la inspección del Banco de España han conducido a que estos ingresos se contabilicen como rendimientos de la cartera de valores en lugar de ingresos financieros.
Consejo de administración
En todo caso, señalan fuentes cercanas al banco, "las características atípicas de esta operación fueron conocidas de forma completa por el consejo de la entidad y si se decidió finalmente contabilizarla como ingreso financiero fue porque descompensaba claramente el crecimiento de los rendimientos obtenidos por la cartera de valores". "En términos de gestión", añadieron, "siempre se consideró un rendimiento atípico y así fue explicado".
La segunda operación que ha sido analizada es la llevada a cabo entre el Banesto y su participada La Unión y el Fénix mediante la venta de activos del primero a la segunda dentro de una operación más amplia que engloba la cobertura del complemento de pensiones de los trabajadores activos del banco. Los problemas que esta operación suscitó entre algunos consejeros del Banesto, y que se abstuvieron en la votación a la espera de un pronunciamiento del Banco de España, se referían tanto a si podía considerarse como una operación dentro del grupo -por lo que las plusvalías generadas debían equilibrarse con minusvalías similares- como a las garantías que La Unión y el Fénix recibía de compensar esas hipotéticas minusvalías.
La operación, similar a la realizada por otras entidades financiera! para mantener dentro de sus balances los recursos destinados a cubrir los fondos de pensiones, no parece presentar problemas legales y, se recuerda en fuentes conocedoras de la transacción, "parece ilógico que se haga de otra manera si se tiene en cuenta que, en definitiva, los bancos no pierden su condición de garantes últimos del cobro de estas cantidades complementarias en el supuesto de que las compañías de seguros no pudieran hacer frente a sus compromisos". Ello no significa, según algunas fuentes, que no se trate en el futuro de aquilatar más las relaciones entre las aseguradoras y los bancos matrices".
Con estos ajustes, la nueva cuenta de resultados del Banesto, similar en cuanto a las grandes cifras, pero con algunas modificaciones entre lo que se considera beneficios típicos y atípicos, será comunicada a los accionistas con el conocimiento del Banco de España, "lo que no significa un cheque en blanco a dichas cuentas, porque no es competencia de la autoridad monetaria extenderlo y porque además la entidad seguirá, como todas las demás, sometida a nuevas inspecciones cuyos resultados podrían obligar a realizar nuevas provisiones si se considerara que surgen nuevos riesgos ciertos", según señalaron fuentes del sector.
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