Autocarteras
Después de la flojedad en los valores bancarios, asoman las autocarteras. La bolsa ya descontó unos balances muy aparentes pero cargados de resultados atípicos, fruto de las desinversiones de 1988. Desinvertir un activo sólo se hace una vez, pero para socorrer un valor hay que pagar muchas veces. Después de maquillar durante meses, a los más grandes les sobra papel, aunque se distribuya hábilmente en la consolidación de sus grupos financiero-industriales. Es el caso de Banesto, que tiene títulos colocados en los efectos de cartera de sus participadas, como Petromed, Valenciana de Cementos o La Unión y El Fénix. A causa de las autocarteras, las acciones de algunos bancos han dejado de ser líquidas. Cuando se trata de absorber se atascan las ventanillas.
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