Vuelta a empezar
La ausencia de acuerdos entre Gobierno y sindicatos ha servido para afianzar las distintas posiciones en los mercados de valores, empujando por la cuesta abajo a los sectores de los que no se espera nada concreto a corto plazo, y dejando la orientación del resto de los valores en manos de la capacidad selectiva de los participantes que, en unos casos, se insistía en que eran extranjeros y, en otros, se intentaba no entrar en detalles.En las eléctricas y en los bancos se ha vuelto a demostrar la poca aceptación que tienen en estos momentos en los que el mercado se mueve sin una dirección concreta y en la que lo único importante son las plusvalías. Se puede aceptar que la posibilidad de esta falta de acuerdo ya estaba descontada y que el estancamiento de las últimas sesiones se debía a eso, pero el mercado se ha quedado sin el elemento que más estabilidad podía darle a medio plazo, con lo que ahora queda a cargo del índice de precios al consumo de enero, de los tipos de interés, y de las bolsas internacionales su dirección futura.
Los inversores extranjeros no son en este momento un apoyo fiable, pues sus actuaciones son tanto compradoras como vendedoras, es decir, se inscriben también en los movimientos a corto plazo.
El sector bancario fue protagonista imprevisto por una orden compradora que desde la tarde anterior y en la mañana de ayer se aireó lo suficiente como para que adquiriera una importancia cinco veces mayor que la que tenía.
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