Una Expo 'irreversible'
El presidente del Gobierno español, Felipe González, visitó ayer por primera vez de forma oficial el recinto de la Exposición Universal de Sevilla de 1992, situado en unos terrenos de 215 hectáreas en la isla de La Cartuja. González y el canciller alemán, Helmut Kohl, llegaron a bordo de un helicóptero procedente del Parque Nacional de Doñana, pasadas las cuatro de la tarde. Durante la semana anterior se había estado trabajando a buen ritmo para adecentar el camino que tuvieron que recorrer a pie desde el helipuerto y las carpas de la Expo, donde los esperaban diversas autoridades. Al monasterio de Santa María de las Cuevas, un edificio del siglo XV que será sede del pabellón real, también se le lavó la cara para la visita y la entrada de notables, rodeada de olivos centenarios, lucía un inmejorable aspecto.El comisario de la Expo 92, Manuel Olivencia, fue el encargado de explicar al canciller alemán la maqueta del recinto de la Exposición, mientras que el presidente del Gobierno, entretenido con las bromas a un fotógrafo bigotudo -"¿sigues comiendo la tostadas boca abajo?", le dijo-, pareció prestar poca atención a las explicaciones del comisario. Kohl y González que, según un dirigente de la Expo sólo tuvieron tiempo "para dar un paseíto", no vieron, sin embargo, un recinto patas arriba y en el que ya se ven el esqueleto de dos nuevos puentes, el lago de la Exposición, el canal, el auditorio y un rimenso terreno destinado a pabellones, socavado conducciones de agua, luz y teléfonos.
El presidente del Gobierno manifestó poco después que la celebración de la Expo 92 "esté' garantizada y es irreversible'. Para González, que ha visitado en otras ocasiones el recinto, no hay duda de que el proyecto "se va a realizar a tiempo". Estas declaraciones habian tranquilizado a más de uno, a pesar de que en medios de la ciudad y de la Expo existe cierta incertidumbre de que las obras de acceso a Sevilla no estén listas para el 92. "Los visitantes de la Expo serán tantos como los que puedan llegar a, Sevilla", comentan algo nerviosos los organizadores.
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