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El concejal de Centro ordena el cierre del 'sex-shop' de la calle de Valverde por falta de licencia

El concejal presidente del distrito de Centro, Ginés Meléndez, ordenó el 17 de enero el cierre del sex-shop situado en la calle de Valverde, 3, que había sido denunciado por los vecinos por hacer obras y abrir al público sin licencia de ninguna clase. El concejal advirtió que, si los propietarios del sex-shop subsanan las ilegalidades, tendrá que permitir su apertura. Los vecinos quieren que se impida la instalación de estos negocios en el barrio, en el marco de la operación limpieza emprendida contra la prostitución y el tráfico de drogas.

El pasado 7 de junio, los vecinos del inmueble se reunieron en asamblea al enterarse que la tienda de deportes que ocupaba la esquina de las calles de Valverde y Desegaño iba a cerrar y ser sustituida por un sex-shop. La oposición de los inquilinos del inmueble, junto con otros vecinos y comerciantes de la zona de Ballesta, culminó con un escrito enviado al concejal el 16 de diciembre, en el que manifestaban su oposición a la apertura del sex-shop.El escrito de los vecinos hacía hincapié en que la permisividad para la apertura de este tipo de negocios, que en los últimos años han proliferado mucho en el barrio, era contraria a la política de las autoridades municipales y policiales de limpiar el barrio de prostitución y tráfico de drogas. Como se sabe, en los últimos meses han sido reventados los antros ubicados en el número 7 de la calle de Ballesta, en el 14 de la de Desengaño y en el 4 de la Muñoz Torrero.

Los vecinos criticaron la lentitud de la administración en este conflicto, ya que pidieron la paralización de las obras cuando aún se estaban ejecutando. Pero la rapidez con que se realizaron permitió a los propietarios del sex-shop poner el local en funcionamiento antes de que la junta del distrito ordenara una visita de inspección.

Tanto las obras como la apertura se hicieron sin licencia. El sex-shop pertenece a la cadena de los hermanos Antonio y Juan Carlos Molina, propietarios de otros muchos locales similares repartidos por Madrid y otras ciudades españolas.

Ginés Meléndez, concejal presidente del distrito de Centro, confirmó a este periódico que las obras realizadas y la apertura del local se hicieron sin licencia alguna. El 17 de enero, el concejal envió a la propiedad del local la orden de suspensión de actividades: "Este es un cierre voluntario. Esperamos que la propiedad clausure el local. Si no lo hace en unos días, firmaré un nuevo decreto, ejecutivo, y será la Policía Municipal quien precinte el local", afirmó Meléndez.

Actividad comercial

Sin embargo, el concejal tuvo que reconocer que "la propiedad puede subsanar su actual situación ¡legal, y entonces tendríamos que dar la licencia, porque la suya es una actividad comercial tan legal como cualquier otra".Otra cuestión que estudian actualmente las autoridades municipales es la clase de local en que se debe incluir al sex-shop, dado que no sólo se dedica a la venta de objetos y películas eróticas, sino que ofrece también espectáculos pornográficos en directo, además de visionado de películas porno en el interior del local.

Entre los vecinos de la zona circula la opinión de que la existencia de espectáculos en vivo dentro del polémico establecimiento permitiría incluirlo en la categoría de sala de exhibiciones.

Por su parte, el encargado del local intentó quitar importancia a las quejas de los vecinos y a sus problemas con la junta municipal del distrito de Centro.

El citado encargado, un hombre de raza negra, de nombre Man, todo está en trámite de solución, al tiempo que negaba que fuera necesaria la licencia de apertura: "Esto ya era un local comercial antes, así que pensamos que es suficiente con la licencia de cambio de actividad". El encargado negó también que las obras de reforma realizadas en el establecimiento fueran de importancia.

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