Las emparedadas de El Lobo Feroz

La policía está a la espera del dictamen de los exámenes que se realizarán hoy, miércoles, a los dos esqueletos hallados en un club de alterne de la calle de Lucientes, junto a la plaza de la Cebada, para determinar la antigüedad de los cadáveres y las causas de su muerte. La teoría más fiable es que las víctimas son dos prostitutas que fueron asesinadas a golpes y posteriormente enterradas en sendas cámaras funerarias fabricadas rudimentariamente en el mismo garito donde trabajaban.

La primera misión del Grupo de Homicidios de la Brigada Judicial de Madrid es identificar a las dos mujeres cuyos esqueletos fueron descubiertos a primeras horas de la tarde del pasado lunes en un viejo puticlub de la calle de Lucientes, en el Madrid antiguo.Entre las pocas pistas para identificar a las víctimas están los collares y las pulseras que aún conservaban, pese a que no tienen inscripciones. Del cuello de una de las mujeres pendía un colgante en forma de cruz de Lorena.

Dos personas que hace unos días alquilaron el local fueron quienes encontraron uno de los cadáveres, cuando realizaban unas obras para rehabilitar el local, cerrado desde el otoño pasado. El esqueleto estaba enterrado en un nicho fabricado con maderas y cajas de cerveza, que posteriormente había sido cerrado con escayola.

Los inspectores del Grupo de Homicidios localizaron posteriormente el segundo esqueleto, oculto en un sepulcro realizado bajo el hueco de la escalera del sótano del local. Los restos de ambas víctimas estaban bastante bien conservados. A una de ellas parece que le faltan parte de las extremidades superiores, aunque la policía cree que se debe a la acción de las ratas.

Mala nota

Todavía no se ha determinado la fecha de la muerte de las dos mujeres, pero hay indicios para pensar que ésta tuvo lugar hace unos cuatro o cinco años. Un antropólogo realizará ahora un estudio para concretar la antiguedad de los restos humanos y un forense hará hoy la autopsia para comprobar si los cadáveres presentan lesiones óseas.El Lobo Feroz ha tenido varios regentes durante los últimos 16 años y siempre se ha caracterizado por ser un local de mala nota. Uno de sus últimos encargados fue un hombre que estuvo a punto de matar a puñaladas a una empleada.

Se da la circunstancia de que en un antiguo convento de la calle Abades, a unos 300 metros de la de Lucientes, fueron descubiertos hace tres años restos de dos fetos humanos, igualmente emparedados bajo el hueco de una escalera.