UGT no levantará las sanciones a los militantes suspendidos

La dirección de la Unión General de Trabajadores (UGT) no piensa levantar las sanciones impuestas a medio centenar de militantes y antiguos dirigentes que retiraron su apoyo a la huelga general del 14 de diciembre después de haberla aprobado en el comité confederal, máximo órgano de decisión del sindicato.El acuerdo adoptado en el comité federal del PSOE no va a modificar las suspensiones impuestas por la ejecutiva confederal de UGT que deben ser ratificadas por su comisión de conflictos. El argumento esgrimido es que "ningún militante del sindicato puede saltarse las resoluciones estén afiliados al PSOE o al CDS".

Apolinar Rodríguez, en sintonía con el criterio del resto de la dirección de la central socialista, asegura que si el PSOE quiere eliminar la afiliación obligatoria a la UGT, está en su derecho y corresponde a una decisión autónoma. Sí critica el dirigente sindical que algunos socialistas se crean legitimados para gobernar a los demás y califica de "esperpéntico" que el presidente de una comunidad autónoma, José Bono, pida la sustitución de Nicolás Redondo al frente de UGT.

Los dirigentes ugetistas detectan fisuras y contradicciones entre los guerristas -"que han decidido ir a por UGT", según Apolinar Rodríguez- y el equipo económico dirigido por Carlos Solchaga que está dispuesto a poner más dinero encima de la mesa de concertación social.

En la dirección de UGT se cree que no ayuda nada al nuevo intento de concertación el clima que consideran "belicoso y ofuscado" con que se desarrolló el fin de semana el comité federal del partido socialista, sobre todo por el contenido de las intervenciones del sector denominado guerrista. UGT no piensa contestar a los ataques, porque entiende que se descalifican por sí mismos, pero sí le gustaría que los ciudadanos conociesen y TVE transmitiese íntegra la intervención del vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, quien comparó a los sindicatos españoles con la Mafia.

Tampoco toman en consideración los insultos de Carlos Solchaga, quien en declaraciones a EL PAÍS llamó a los sindicatos "nacíon al sindicalistas y corpcrativistas". Apolinar Rodríguez asegura que no ha habido nunca reivindicaciones más solidarias que las que están ahora mismo encima de la mesa que afectan a 8.275.000 personas, de las cuales 7.7 10.000 son parados y jubilados, "los más desheredados de la tierra y la parte más desfavorecida de la sociedad", según los califica el dirigente sindical de UGT.