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Conflictos políticos

Pilar Miró tomó posesión de su cargo como directora general de Radiotelevisión Española (RTVE) el 20 de octubre de 1986 en un acto al que no asistió su predecesor en el cargo, José María Calviño. Tampoco estuvo presente el vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, quien había presidido la toma de posesión de Calviño. Este hecho marcó de manera simbólica el enfrentamiento de posturas en la gestión de RTVE que iba a mantener Miró respecto a sus predecesores.

A comienzos de diciembre de 1986, Pilar Miró realizó una reestructuración del organigrama del Ente Público. Fue destituida la totalidad de los principales directivos de la etapa anterior. Por esas fechas, y en una comparecencia ante la comisión de control del Congreso, Miró declaró que para ella era mucho más importante el espectador que la consecución de beneficios en su gestión. Tal declaración contrastaba con las apelaciones al ahorro que solía hacer Calviño cuando estaba al frente del Ente. Poco después, al producirse la renovación del Consejo de Administración de RTVE, Pilar Miró vio cómo el PSOE elegía para controlar su gestión a un equipo formado fundamentalmente por los ex directivos a los que había destituído.

Más información
Pilar Miró transformó durante su mandato la concepción del sistema de televisión pública en España

Desde ese momento, las relaciones entre la directora general y los consejeros socialistas de RTVE fueron siempre conflictivas. Quizás el primer enfrentamiento abierto entre ambas partes se produjo a comienzos del pasado año, cuando el Consejo se opuso a la postura de Pilar Miró de eliminar de la primera cadena de TVE las programaciones autonómicas, que pasaban a incluirse en TVE-2. La polémica se cerró con la aprobación de una postura mixta que, en cualquier caso, restó presencia en TVE-1 a los centros regionales.

Una "amplia cobertura"

El 13 de agosto de 1988 se hizo público el cese como director de la segunda edición del Telediario de Luis de Benito. Paralelamente se conoció la intervención directa de Pilar Miró en la orden de ofrecer una "amplia cobertura" a la conferencia de prensa que había ofrecido el presidente del Gobierno, Felipe González, el 29 de julio. Aunque en diversos medios se vincularon ambos hechos, las dos partes insistieron en declarar la coincidencia, pero no la relación entre ambos acontecimientos.Las críticas se centraron entonces en el control que el Gobierno tenía sobre la información de TVE. Miró declaró el 21 de septiembre de 1988 a la comisión de control del Congreso que no había recibido "consigna alguna por parte del Gobierno". Sin embargo, ella misma había dicho poco antes y en el mismo lugar: "Yo controlo todo, porque yo dirijo todo". Poco después, estallaba el escándalo de los gastos de vestuario, que ha terminado con la dimisión de Miró.

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