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Vatanen se adjudicó el París-Dakar, pero no pudo evitar momentos de tensión con Ickx

La historia acabó mal. Tuvo el desenlace que se había previsto y Vatanen ganó el París-Dakar. Pero después de que Vatanen e Ickx se cruzaran palabras fuertes. La tensión llegó a reflejarse en el podio. Hasta Ickx, que se paró ayer descaradamente para que le pasara Vatanen, dejó mal al locutor encargado de¡ protocolo y se negó a realizar el brindis de rigor. El frencés Lalay venció en la especialidad de motos, mientras el español Carlos Mas fue séptimo, y su compatriota Miguel Prieto, en coches, contó la auténtica historia de su copiloto: fue sustituido por un muñeco en la etapa de Guinea.

Ganar el París-Dakar gracias a una moneda lanzada al aire pudo evitar riesgos innecesarios para Peugeot. Pero tampoco es forma de dilucidar quién es mejor, si Vatanen o Ickx. El pacto se cumplió, pero después de que Ickx quisiera ridiculizar a su compañero. Como era líder por 20 segundos salió primero, dos minutos antes que Vatanen en la última etapa del rally, de 61 kilómetros cronometrados. En lugar de esperar a que le alcanzase Vatanen, se paró en el camino y cuando le pasó continuó tras él. Así no había dudas de que le había dejado ganar.Y es que la historia viene de atrás, porque el día anterior, cuando se despistó Vatanen, los dos pilotos se cruzaron palabras fuertes en la meta. Vatanen recriminó a Ickx que le hubiese quitado el liderazgo en vísperas del final. Cierto es que Vatanen iba delante e Ickx le seguía. Cuando cogió un camino equivocado, Ickx no le dejó solo, hasta que en las proximidades de la meta, al darse cuenta del error, cortó hacia la llegada sin que Vatanen hiciera lo mismo. El copiloto de Ickx, más extrovertido que éste, aseguré que no habían tenido intención de romper el pacto, porque continuaron muy despacio; de lo contrario la diferencia hubiera resultado abismal.

El caso es que todo este malentendido acabó con el desplante que hizo Ickx en la etapa de ayer. Cuando Vatanen subió al podio y el locutor invitaba a hacerlo también "al vencedor moral del rally", Ickx se resistió. Cuarido lo hizo, ocupó muy serio un segundo plano y dejó plantado al locutor en el mo mento que le ofrecieron abrir la tradicional botella de champán, mientras Vatanen, según su costumbre, izaba un vaso de leche. Fue el copiloto de Ickx quien lanzó la espuma al aire, mientras otra botella permanecía intacta. Ickx tampoco quiso estrechar la mano de Jean Todt, director deportivo de Peugeot.

Otra historia que conoció su auténtico desenlace fue la de Miguel Prieto. Disfrutó dando la vuelta al Lago Rosado, término del rally, porque para él lo importante era llegar: "Aquí sólo gana uno, el primero; los demás, llegamos y ya es bastante". Fue el primer español clasificado en coches, pese a quedar desplazado de los diez primeros lugares que ocupaba por una penalización de diez horas el día que su copiloto sufrió una intoxicación. Esta vez contó la auténtica historia: "Yo me quedé solo con el coche y tenía que llevarlo hasta la meta. Pensé que si me lograban sellar la hoja de competición en los controles de paso podríamos seguir en carrera si Juncosa [el copiloto] se recuperaba. Cogí entonces el saco de dormir, le puse el casco y una chaqueta, le até al asiento y, como era de noche, pensé que aquello podía salir bien. Pasé los controles sin ninguna dificultad y corno ya tenía las hojas selladas, nadie podía negarme que yo había hecho el recorrido con mi copiloto. Aquí vale todo mientras no te pillen. El París-Dakar es una aventura y, como tal, esválido cualquier recurso".

Carlos Mas, primer español clasificado, también mostraba su satisfacción aunque.se clasificó peor de lo que esperaba: "Vine para ganar y empecé fuerte. Cuando fui líder, me despisté en el Teneré y luego me caí. Pero haber llegado a Dakar es motivo más que sobrado de satisfacción y máxime porque éste ha significado el quinto París-Dakar que termino de cinco participaciones".

Mas acabó a seis minutos del sexto puesto, el de Orioli, que fue el ganador el año pasado. El vencedor, el francés Gilles Lalay, segundo en 1986 y tercero en 1988, sacó a Mas 4.10 horas, justo lo que perdió al despistarse en el desierto del Teneré y días después caerse. Mas llegó a ser cuarto el año pasado. A Dakar también llegaron Agustín Fernández en motos y Juvanteny, Franquesa, Hansi Babler, Torrás y Regás en coches. De París habían salido 20 coches y 15 motos españoles.

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