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FÚTBOL / PRIMERA DIVISIÓN

El último minuto volvió a vestirse de blanco

El Madrid jugó ayer un mal partido pero este equipo cuenta entre sus numerosos aliados con el último minuto. Porque cuando parecía que, ayer sí, ese último suspiro iba a traicionar su habitual complicidad con el juego madridista surgió una falta al borde del área, el disparo salvador de Hugo Sánchez que -!sorpresa!- no entraba directamente sino que golpeaba en el poste, pero que Gallego -silbado por el público, como Schuster el domingo- remachaba a gol. Definitivamente, se confirma que el último minuto también viste de blanco.

Juanito se llevó las mayores ovaciones, incluso segundos después de que una magnífica acción individual provocase el gol de Chendo en propia meta. La jugada evocó sus primeros escarceos futbolísticos como -extre-mo-. Juanito recibió el balón junto a la banda derecha, encaró a su viejo amigo Gallego, al que dejó tirado, y envió un centro raso, envenenado, que a Chendo le quemó en su bota derecha: el Málaga también marcaba en el Bernabéu, como todos los equipos que han pisado su césped, salvo el Zaragoza y el Moss.

Juanito hizo célebres muchas cosas a lo largo de su polémica carrera madridista. Pero expulsiones y broncas con los árbitros al margen, la más brillante fue, sin duda, su definición dialéctica a modo y manera de advertencia a un jugador del Inter, que muy bien hubiese podido firmar el mismísimo Jorge Valdano: "Nóventa minutti en el Bernabéu son molto longos".

El Madrid hizo méritos para merecer un castigo más severo que el empate del minuto 90. Por ejemplo, que Mendoza enviase a jugadores y técnico a compartir alguna clase de teoría del derecho con los miembros del comité de apelación.

El Madrid falló mucho. Y lo hizo ya desde el vestuario. Cuando todo el mundo esperaba que Gallego cubriese la baja de Schuster en su misma de marcación, y los morbosos hacían apuestas para comparar lo que daría de sí un equipo dirigido por el alemán con otro manejado por el Soso, resulta que Beenhakker recuperó del baúl de los recuerdos aquella vieja teoría de que este equipo no necesita un ordenador. Y Gallego salió de libero -aunque con mucha libertad-, para que Sanchis marcase a Lauridsen y Chendo y Tendillo a Pineda y Paquito.

Dado que Beenhakker privó a todos ¿inconscientemente?, de tan esperada comparación, al Madrid volvió a faltarle ritmo, como cuando juega el alemán. Sólo le salvó Martín Vázquez, jue ofreció una sutil exhibición de cómo puede jugarse al billar dándole tiza a esos dos tacos que luce por piernas.

Al final, Juanito pronunció otra de sus filosóficas andaluzas: "Todos los malaguistas estábamos en el área pero el rechazo del tiro de Hugo tuvo que ir a Gallego. Y hasta me pareció que la portería se agrandaba para que entrase el balón". iOzú.'.

Mendoza, Caín y Abel

Ramón Mendoza apeló ayer a la Biblia para expresar su "indignación por el esperpéntico espectáculo del llamado caso Buyo". Ayer, el comité superior no atendió la petición madridista de suspender cautelarmente el cuarto partido de sanción al portero, y eso hizo que Mendoza clamase por "trato desigual en relación con los de Abel y Ramón. Algunos están empeñados en que, por comparación con Abell, Buyo sea Caín".

En su larga relación de protestas, Mendoza disparó a varios frentes. Así, censuró que TVE "haya llevado a un programa a un jugador que le rompió la pierna a otro [se refería a Goikoetxea, al que no citó] como si se tratase de un apóstol de la no violencia". Mendoza pidió "vídeo para todos, lo que no está ocurriendo", y lanzó su ira también contra el todavía presidente del comité superior, Elola Olaso: "Estamos muy contentos que el señor Elola se marche el día 18". El comité tiene 15 días para estudiar los nuevos recursos de esta moderna plaga bíblica de Caín Buyo.

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