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Mas pierde por culpa de una caída casi todas sus posibilidades en el Rally Paris-Dakar

JUAN MORA ENVIADO ESPECIAL, El motociclista español Carlos Mas (Yamaha) ha perdido casi todas sus posibilidades en el Rally París-Dakar y también casi toda su ilusión. Ayer tuvo una caída y llegó a la meta de Gao, ya en Mali, con el manillar de su maquina suelto y la mano izquierda y las costillas doloridas. Entró en el puesto 29º, a 1.16 horas del vencedor de la etapa, el francés Peterhansel (Yamaha), con lo que se sitúa el décimo en la general, a 4. 17.59 del líder, el taliano Picco (Yamaha). Con los coches, el finlandés Vatanen (Peugeot) volió a ser más rápido que su compañero de escudería, el belga Ickx, con lo que ya está a sólo 5.17 minutos de éste.

Ayer hubo que hacer 500 kilómetros contra reloj tras 150 de etapa. El recorrido no era sencillo porque el paso por la sabana no permitía averías y también había una zona intermedia, de 100, sin camino alguno y en la que cada uno cogía el rumbo que creía más conveniente. El infortunio para Mas no tardó en llegar.

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Mas había salido rápido por que todavía le quedaba ambición. Tres horas de diferencia pueden parecer muchas, pero resultan escasas si los que le preceden a uno en la clasificación sufren algún despiste o alguna avería. Pronto se encontró un vehículo de la Prensa. Levantaba mucho polvo. Tanto, que quedó cegado. Un metro más adelante le esperaba un agujero. la moto y el piloto cayeron al suelo. "En los 400 kilómetros que he hecho con el manillar suelto y el cuerpo dolorido, he sufrido más que en todo lo que llevo de rally", decía Mas en la meta. "Ya está todo perdido. Con llegar a Dakar me conformo", sentenció.

Ante el percance de Mas, el primer español fue Fernández (Suzuki). Fue el 11º pese a que corre en la categoría de motos de serie. "Es impecable porque tuve la suerte de ir encontrándome las huellas de animales que van a los pozos a beber agua, que eran precisamente por donde había que pasar para llevar el rumbo correcto", explicó. Riba (Yamaha) llegó más tarde porque tuvo que detenerse varias veces al su frir diarrea y Arearons (Suzuki) fue penalizado con tres horas por saltarse un control.

En coches, Vatanen continuó su implacable persecución de lckx. Esta vez fueron 5.17 minutos los que le restó. La ventaja en los dos últimos días ha sido enteramente para Vatanen poque había mucho recorrido por pista. A partir de hoy se vuelve a conducir por navegación a través del desierto, precisamente donde el copiloto de Vatanen parecer ser inferior al de Ickx. Pero no volverá a cometer una equivocación como la del Teneré. Ahora Vatanen sabe que no necesita arriesgarse para vencer.

Pero en el equipo técnico de Peugeot comienza a preocupar esta lucha fratricida y se va a tomar una decisión para que el duelo no sea a muerte. Porque, de llevarse demasiádo lejos, el favorecido sería el francés (Mitsubishi), el tercero en la general a 18.12 minutos de Ickx, que ya sólo lleva 5.08 a Vatanen.

Mientras tanto, Prieto (Nissan) continúa firme y, al igual que Fernández, llegó pletórico en el séptimo lugar, lo que le permite defender su noveno puesto en la general, a 6.24.08 horas de Ickx. "Me he divertido como nunca porque todo me salía bien en una etapa que era más difícil de lo esperado", contaba. No sólo distanció a Serviá (Range Rover), que era quien le amenazaba, sino que volvió a hacer mejor tiempo que un Peugeot, esta vez el de Fraquelin, que llegó con el eje trasero desplazado y todo el lateral izquierdo con daños. La pista escondía también trampas para los amos de la carrera como para los hermanos Babler, que, al cierre de esta edición, tenían problemas.

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