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La Comunidad Europea consiguió reducir sus excedentes agrarios más de un 60% durante 1988

Los almacenamientos agrícolas de la CE, por la falta de mercado para producciones excedentarias, han experimentado un fuerte descenso durante el último año, según el balance presentado ayer por la Comisión. El valor de las existencias acumuladas ha pasado de 10-574 millones de ECU (1,4 billones de pesetas al valor actual de la divisa europea), contabilizados en septiembre de 1987, a 4.662 millones de ECU (617.700 millones de pesetas) un año después.

Esta disminución en los montantes de la producción agraria acumulada y no vendida es consecuencia de la aplicación de las medidas para reducir los excedentes, destacaron fuentes comunitarias. El compromiso asumido para recortar los gastos de la Política Agrícola Común (PAC), que absorbe el 60% del presupuesto de la CE, se ha visto reflejado en el recorte de tres millones de toneladas de cereales acumulados, 837.000 de mantequilla y 707.000 de leche en polvo. Las exportaciones de estos productos se hacen a precios muy bajos, a fuerza de subvenciones comunitarias.Mantequilla barata

En concreto, las partidas de mantequilla vendidas a la URSS se han despachado a precios hasta 20 veces inferiores a los pagados a los agricultores de la Comunidad, aunque una parte de este producto haya vuelto a entrar en el mercado comunitario, a su precio real, a través de la frontera entre las dos Alemanias. Los fraudes amparados en esta política de restituciones a la exportación son frecuentes también en la carne, los cereales y la leche en polvo, como ha puesto de manifiesto el propio Tribunal de Cuentas de la CE.

A pesar de que la Comisión Europea ha logrado disminuir el peso financiero de los excedentes, buena parte de esta gestión corresponde al mero sistema contable de aplicar los nuevos precios internacionales sobre los productos, que han sufrido un descenso vertiginoso como consecuencia de la caída del dólar. De esta forma, el balance comunitario refleja un valor para 1,5 millones de toneladas de trigo duro en septiembre de 1989, prácticamente equivalente al de 2,3 millones de toneladas de la misma variedad de cereal un año más tarde.

No todo son tampoco descensos de excedentes. En algunos casos los almacenamientos se han disparado, como sucede en el aceite de girasol, que ha pasado de 142 toneladas a 147.000, o el de oliva, que ha subido de 325.000 a 408.000 toneladas. También los excedentes de alcohol producto de la destilación obligatoria del vino han crecido de un millón de toneladas a casi tres millones.

Costes de almacenamiento

A la carga financiera para la CE, derivada de la inmovilización de esos productos, hay que sumar los costes de almacenamiento, muy cuantiosos y que exigen el alquiler de naves, frigoríficos y silos privados. Estos gastos varían desde las 8.000 pesetas que cuesta almacenar una tonelada de mantequilla durante un año a las 53.000 necesarias para mantener 1.000 kilos de carne congelada a la espera de un futuro comprador, siempre a precios muy por debajo del pagado al productor.

Esta financiación extra tendrá que seguir siendo aplicada a 10,7 millones de toneladas que quedan en los silos, 2,89 millones de toneladas de alcohol, 723.000 de carne de vacuno, 221.000 de mantequilla y 46.000 toneladas de tabaco, entre otros productos.

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