Nuevo equipo en Bruselas

Una vez más, el bastón de mando cambia de manos en la larga carrera hacia la integración europea. La cuestión ahora es saber cuál será el ritmo del nuevo equipo de la Comisión, su dirección y las dificultades que tendrá que vencer. La relativa tranquilidad con que el presidente de la Comisión, Jacques Delors, ha asignado los trabajos a sus 16 colegas era predecible, aun cuando el hacer juegos malabares con las carteras para satisfacer las sensibilidades personales y nacionales de los 12 países no ha sido una tarea fácil. Delors ha demostrado ser un político inteligente en los últimos cuatro años. Además, su estrella ha ido en ascenso durante el año pasado, a la vez que el programa de la Comunidad para 1992. En cualquier caso, hay un riesgo claro al sustituir a Delors: la norma presidencial por el debate colegial, particularmente con la marcha de los negociadores duros como lord Cockfield y Peter Sutherland. Delors ha elegido mantener en sus manos los asuntos monetarios. El área fiscal, la segunda en importancia, la ha puesto en las de Christiane Scrievener, de Francia, y a cargo de los asuntos sociales ha colocado a su colega socialista de Grecia, Vasso Papandreu. Hay un lazo común entre estas tres áreas que justifica el interés de Delors. Las acciones de la Comisión en frentes especialmente delicados están subordinadas a la siguiente cuestión: hasta qué punto es necesario que avance la CE en la construcción de un mercado único. 19 de diciembre