La Asamblea Nacional francesa rechaza una moción de Censura contra Rocard
La Asamblea Nacional francesa rechazó en la madrugada de ayer, como estaba previsto, la moción de censura de los neogaullistas contra el Gobierno de Michel Rocard.Sobre un total de 571 diputados, votaron la moción únicamente 259, cuando se requerían 286 para derribar al Gobierno. Cuatro cent:ristas, entre ellos Raymond B!Lrre, desoyeron la consigna de su grupo, la Unión del Centro (UDC), y no apoyaron la censura.
Barre ni siquiera asistió al debate, que se inició a las 21.30 del viernes y terminó poco antes de las dos de la madrugada del sábado. El ex primer ministro ya había anunciado que no apoyaría la moción de la Asamblea por la República (RPR) para "no hacer el juego a quienes no tienen otro objetivo que desestabilizar la economía y viciar el clima social". Barre rechazó también "explotar políticamente" las huelgas en el sector público.
La moción fue presentada efectivamente por el RPR a la vista del deterioro del clima social. La Unión por la Democracia Francesa (UDF) y los centristas no suscribieron la iniciativa, pero ayer votaron a favor, con excepción de las cuatro deserciones.
A pesar del voto negativo, el discurso del portavoz centrista, el alcalde de Toulouse Dominique Baudis, fue una sutil invitación a Rocard para que elija entre ellos y los comunistas, quienes también lanzaron su mano tendida al primer ministro.
Esta toma de postura de la UDC no puede satisfacer al RPR, que había apelado a los centristas para que aclararan si estaban o no en la oposición.
Rocard anunció durante el debate un plan en tres fases y una duración de dos años y medio para la renovación de los servicios públicos, en el que se tratará de "redefinir el sitio, el papel y los medios del Estado en una sociedad moderna". En tres meses, el Gobierno se ocupará de que los altos funcionarios sean sensibles a las relaciones sociales; en los nueve meses siguientes, todos los estamentos afectados por la crisis del proyecto de servicio, por analogá al proyecto de empresa del sector privado, dijo el primer ministro. El plan pretende asegurar los derechos de los usuarios en caso de huelga.
Uno de los grandes debates durante las largas huelgas en el sector público ha sido el de la introducción de los servicios mínimos.
Por su parte, el portavoz socialista, Pierre Mauroy, afirmó en su intervención parlamentaria que "esta medida no puede proceder de una reglamentación, sino de una toma de conciencia y de una reflexión de los implicados". La inexistencia de servicios mínimos, habituales en otros países europeos, provoca la paralización de servicios para miles de usuarios. Sin embargo, el Gobierno es muy cuidadoso para no violar el derecho de huelga.
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