Hankins y el yesero

En su periódico salió publicada una entrevista al científico Stephan W. Hawkins, el cual comentaba las teorías del Big Bang sobre el principio del universo y la vida, lo cual implica, según dice que "alguien o algo ha tenido que producirla en un principio" y que cuando el ser humano descubra ese algo o alguien Dios ya no será necesario.En otro artículo, titulado El origen del mundo, se plantea el conflicto entre ciencia y religión "Mientras que el científico trata de encontrar un gato negro en la oscuridad, el teólogo va y lo encuentra". A mí, un obrero que sólo tiene los estudios elernentales de cuando fui a clase, me es difícil comprender cómo es posible que señores que se han pasado año tras año investigando lleguen a la misma conclusión que hace años, aquí en Mallorca, viene exponiendo un yesero en cartas, en reuniones de amigos y en la Prensa. Todo para decir que "alguien o algo ha hecho y hace posible nuestra existencia y la existencia del universo infinito". ¿Para esto tanto estudio y tanta sabiduría humana?

Me da la impresión que nos están tomando el pelo a toda máquina, de no ser así tendremos que pensar que estos señores que gastan barbaridades de dinero sacado del bolsillo de los que trabajamos no saber, pensar y se complican la vida siempre buscando si Dios es cuadrado o es redondo. Porque si un simple yesero, Cayetano Martí, hace años que ha llegado a la misma conclusión que estos grandes científicos, una de dos, o estos señores no saben nada de nada y van equivocados con sus ciencias, o en este caso cualquier persona sencilla, cualquier obrero como este amigo mío, puede llegar a saber más que los científicos, sin aparatos, sin estudios, lo cual me da mucho que pensar, puesto que me aclara muchas dudas sobre esta llamada ciencia, que hasta el momento está produciendo más confusión y muerte con sus inventos que muchas de las guerras que ahora podemos apreciar en el mundo.

Lo que sí veo claro es que tanto unos, cientíticos, como otros, teólogos, olvidan lo más importante, y no es creer o no creer en Dios, sino en vivir la vida como la viven los propios animales, que estando viviendo en contacto con la naturaleza, o sea Dios, nos dan a entender que las cosas de Dios son sencillas y de esa manera hay que vivirlas, con sencillez.-