Duchas de agua fría

Duchas de agua fría en diciembre, comidas de lata y tres mantas en vez de una. Cientos de familias madrileñas están sufriendo prolongados cortes en el suministro de gas. Gas Madrid ha cortado el servicio en todas las casas en las que se han detectado fugas al revisar las instalaciones para la posterior sustitución del gas ciudad por gas natural. Por este motivo, Blanca Garcia cocinó en casa de su vecina y Casilda Revesado se ducha desde el viernes en casa de una amiga.

La llegada a Madrid del gas natural argelino está causando múltiples problemas en la población. Miles de familias, según la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos, han pasado meses enteros con el suministro cortado al detectarse una fuga o avería en sus conducciones de gas.Eso fue lo que les ocurrió a los 30 vecinos del número 52 de la calle de Claudio Coello. Un día de agosto les cortaron el suministro de gas, que fue restablecido en noviembre. Durante ese tiempo han abierto más latas de comida en conserva que en toda su vida. Afortunadamente, podían ducharse porque el agua caliente es central y no depende del gas. Francisco, el conserje, asegura: "A nosotros nos pillaron un día y nos dijeron que había muchas fugas. Cortaron el gas y desde entonces nos las arreglamos con un infiernillo eléctrico".

A Blanca García, vecina del número 62 de la calle de Santiago de Compostela, le pasó algo parecido. "Los técnicos entraron en mi casa muy amablemente. Me dijeron que había que cortar porque tenía un escape. Pasé cinco días sin gas, cocinando con el microondas y en casa de una amiga. Al final, me soplaron 4.500 pesetas por reparar la avería". Su familia no pasó frío porque la calefacción y el agua caliente son también centrales.

Sin embargo, los vecinos de los números 5 y 7 de la calle de Zurrilárraga, de San Fernando de Henares, no tienen tanta suerte. Llevan desde el pasado viernes sin gas y en sus casas la calefacción v el agua caliente son individuales y por caldera de gas. Los tres miembros de la familia de Casilda Revesado se las arreglan a duras penas con un camping gas. Concepción Jiménez lo tiene más dificil. Vive con su marido su padre y sus tres hijos. "El pequeñín esta enfermo y aunque los demás nos duchamos en casa de una amiga, a éste -señala a su hijo- no puedo llevarlo de aquí para allá", afirma.

Vicente Bonilla, vecino de la misma finca, apunta cuál es el dilema de sus compañeros de calamidades: "O te lavas en casa de alguien o te vuelves un guarrete". A Manuela, del bloque de al lado, se le saltan los plomos: "Es que tengo varios radiadores enchufados y cocino con la placa eléctrica y, por eso, cada dos por tres se me va la luz".

No todos los vecinos han permitido que Gas Madrid les dejara sin un servicio imprescindible. Los propietarios de los pisos de la calle de Zumárraga retuvieron durante 10 horas a dos ejecutivos y cuatro operarios de la compañía hasta que éstos se comprometieron a restablecer "inmediatamente" el suministro cortado.

Otros han preferido no abrir las puertas a los técnicos. Luis Manuel Farelo, vecino del número 149 de la calle de Valmojado en Aluche, lo tiene claro: "No me da la gana dejarles pasar".