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La esperanza del indulto real

23 españoles presos en Tailandía por tráfico de heroína esperan el perdón que les libere del infierno

ENVIADO ESPECIALLa Navidad es buen momento para dictar un indulto real. Veintitrés españoles presos en Tailandia por tráfico de heroína han comunicado recientemente a la Embajada española en Bangkok su deseo de que la oficina diplomática presione a las autoridades de ese país con el fin de que el perdón real pueda beneficiar en estas fiestas a algunos de los reclusos españoles. La obsesión de todos los presos es regresar a España y salir del infierno. Unos lo soportan y lo consiguen tras años de impaciente espera. Otros se derrumban.

Veinte hombres y tres mujeres han seguido el mismo itinerario en Tailandia. La ambición del dinero mediante un golpe con heroína lleva a numerosos occidentales a las cárceles tallandesas. El país del triángulo del oro, junto con Birmania y Laos, es uno de los primeros productores mundiales de heroína. Sin embargo, con el fin de mantener una supuesta imagen exterior firme frente a la represión del tráfico de drogas, Tailandia sanciona con las penas más severas a traficantes e incautos."El tráfico de drogas", dice uno de los encarcelados, "es un delito político en Tailandia. Para mantener su imagen, este país sanciona con cadena perpetua a cualquiera que pille con unos gramos de caballo, mientras produce y exporta la mayor parte de la heroína del mundo".

Las cárceles tailandesas acogen a numerosos australianos, británicos, alemanes, holandeses, franceses y españoles, entre otros occidentales. Las cárceles disponen de dormitorios comunes. Sólo los que tienen dinero pueden compartir cuartos de cuatro o cinco camas. La comida es difícilmente soportable para los occidentales, que tienen que comprar alimentos habituales de sus lugares de procedencia.

El idioma

Los presos españoles sufren también la dificultad del idioma. Casi todos necesariamente aprenden inglés y thai. Además, el estudio del thai es uno de los criterios importantes que favorecen el indulto o la reducción de condena por las autoridades tailandesas.Las condiciones higiénicas son muy deficientes. Es otro de los grandes problemas de las prisiones. Es necesaria una voluntad de hierro y dinero para conservar un buen estado físico y psíquico para poder soportar la espera.

Cuatro de ellos se encuentran en la prisión de máxima seguridad de Bangkwang, en las afueras de Bangkok. En esta prisión sólo son internados los condenados a cadena perpetua. Entre ellos se encuentra el supuesto miembro de los GAL Ismael Miquel.

El supuesto activista y colaborador de la policía asegura que la embajada le ha recomendado que no solicite el indulto real en Tailandia por lo que ha pedido que le sea aplicado el convenio bilateral para cumplir su pena en España. Durante la visita de los Reyes a Tailandia en noviembre de 1987, el ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, y su colega tailandés ratificaron el mencionado convenio que posibilita que los reclusos que así lo prefieran terminen de cumplir s a pena en España una vez transcurrido un mínimo de cuatro a1os en las cárceles de Tailandia.

Miquel dispone de dinero y ha conseguido una habitación que comparte con otros tres occidentales. El resto de los españoles encarcelados en Bangkwang están en peores condiciones. Uno de ellos tiene SIDA, mientras otro sufre una desconocida enfermedad que le ha hecho perder, además de 15 kilos de peso, una parte importante de consciencia.

Todos los presos españoles en Tailandia han superado los 30 años de edad. "Son maduros", opina un miembro de la embajada, "y saben a lo que vienen. No son los hippies de los sesenta. Saben a lo que vienen, y algunos son unos incautos. La embajada considera muy triste su situación y hace lo que puede por favorecer su régimen de vida".

Convenio bilateral

La mayoría de los presos ha solicitado el indulto real, mientras sólo dos han pedido acogerse al convenio bilateral para cumplir el resto de su condena en cárceles españolas.El cónsul de España en Bangkok, Jorge Sánchez, explica que ese convenio está revisándose por el aparato legislativo tailandés para fijar el plazo mínimo de prisión en ese país antes de ser enviado a España. El cónsul también explica que si se trasladan a España para cumplir el resto de su condena pierden la posibilidad del indulto real. De cualquier manera, España podría suavizar las condiciones y su régimen penintenciario en nuestro país e incluso llegar al indulto, para el que está facultado el Gobierno.

La buena conducta, los trabajos penitenciarios y el aprendizaje del thai son los principales criterios que observan las autoridades para dictar el indulto o la reducción de condena. A pesar de ello, el indulto es una decisión absolutamente discrecional del rey.

Algunos españoles han conseguido ese perdón real con tres años de prisión, mientras otros ya llevan nueve años. Tal vez el dinero y la presión de la embajada favorezcan que alguien pase a la firma con mayor celeridad el documento de perdón. Todos ellos tienen esa obsesión y esa esperanza.

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