Un nuevo sindicalismo

El proyecto socialista necesita el apoyo de los sindicatos, pero "el sindicalismo que hoy es dominante, tanto en UGT como en CC OO, no nos vale", afirma un documento del coordinador del Programa 2.000, Manuel Escudero, que ha sido distribuido a los parlamentarios socialistas como un elemento de apoyo a la campaña contra la huelga general.Según el documento, "puede ir ganando fuerza la idea de que los sindicatos representan a un sector de los trabajadores no sólo decreciente, sino conservador, guiado por intereses unilaterales y no solidarios". "En otras palabras, que los sindicatos, por mucha buena voluntad que se le eche y pese a los buenos deseos, han demostrado ser una rémora y no pueden ser elementos centrales de un proyecto socialista". El socialismo necesita hoy -prosigue el documento- un sindicalismo nuevo, que acepte sin ambigüedades un compromiso social: crecer con estabilidad de precios, para crear empleo y para que nadie se quede fuera; compromiso en la lucha contra la inflación, compromiso para crear empleo y compromiso para eliminar la marginación de sectores de la sociedad.

"Es evidente que a partir de la aceptación de este compromiso global, los sindicatos ni estarían en contra del Plan de Empleo Juvenil -que es una medida de choque, temporal y que plantea discriminar el acceso al trabajo a favor de los jóvenes-, ni estarían pidiendo un cambio en la política social, ni darían apoyo a las reivindicaciones excesivas de los grupos de trabajadores mejor organizados".

Esta nueva orientación sindical, agrega el escrito, sería posible con un mayor poder de intervención de los sindicatos, a través de la participación en los beneficios excesivos de las empresas que los tuvieran, y participar en las decisiones que afecten a los trabajadores.