Pro Inmaculada
Como joven católico me adhiero firmemente a la nota de protesta hecha pública por la Comisión Permanente del Episcopado, el pasado día 22 de octubre, por la decisión del Ejecutivo de suprimir la fiesta de la Inmaculada.Me parecen muy poco demócratas estos señores de nuestro Gobierno que, de forma absurda, han pisoteado cerca de 11 siglos de historia, de tradición y de devoción (tanto pública como privada) que el pueblo español ha manifestado hacia su patrona la Inmaculada Concepción.
Además, esta decisión unilateral rompe con el acuerdo sobre asuntos jurídicos entre la Santa Sede y el Gobierno español, suscrito el 30 de enero de 1979.
Nuestros obispos ya se han declarado como pastores de la Iglesia. Ahora nos toca al pueblo fiel continuar y apoyar todos los esfuerzos y campañas que se están realizando para que esta fiesta, tan entrañable para todos, vuelva al lugar que le corresponde.-