Estado de nervios
En la sesión de ayer del juicio contra la mafia policial afloraron los nervios de algunos testigos, entre ellos, José García Muñoz, uno de los propietarios del hotel La Roca, en Castro Urdiales, y quien tiene intereses en diferentes hoteles de Cantabria.José García Muñoz manifestó en la sala que se siente .atacado por un estado de nervios" con todo el asunto de la mafia policial y en especial por lo que él entiende como presión de la Prensa. En el. hotel La Roca se produjeron varias reuniones de Federico Venero con los agentes hoy procesados, y José García compró diversas cantidades de oro al joyero en alguna ocasión, según se indica en el sumario de la mafia policial.
También mostró sus nervios Anselmo Salas, amigo de Venero. Salas guardó, a petición del joyero, algunos paquetes que supuestamente contenían diversas cantidades de cocaína y heroína. Ayer, Salas repitió hasta la saciedad que aquellos paquetes no contenían estupefaciente alguno. "Eran mierda", dijo en innumerables ocasiones.
Los nervios se extendieron por la sala de justicia cuando Ángel Manzano, el amigo del Nani, aseguró que una de las pistolas, depositada en el juzgado como prueba de convicción, no era la que Venero le había vendido. Según Manzano, la Browning que adquirió en Madrid en 1984 no era la que el tribunal le enseñó en la jornada de ayer. Manzano dijo que la Browning que compró a Venero tenía el número rayado, a diferencia de la que ayer le mostraron.
Mucho más tranquilos aparecieron José Ramón Azcue, también amigo de Venero, y el cabo del servicio de información de la Guardia Civil Juan José Alonso Montero. Este último aseguró que Venero era su confidente y que juntos se acercaron en una ocasión a la localidad cántabra de Selaya, a la herrería de Salvador Fernández Veigas, quien les mostró una pistola. Salvador Fernández está acusado en este juicio de tenencia ilícita de armas.
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