Las elecciones en el Estado de Tabasco, prueba para la oposición mexicana
Las elecciones locales que hoy se celebran en el Estado de Tabasco son la primera prueba para medir el crecimiento de la oposición a nivel nacional y los nuevos métodos políticos de un Partido Revolucionario Institucional (PRI) en pleno proceso de reestructuración. Los comicios, precedidos de una campaña en la que han abundado las denuncias sobre intentos de fraude por ambas partes, están caracterizados por la expectación heredada de las elecciones presidenciales del 6 de julio y el temor a un estallido de violencia.
ENVIADO ESPECIAL,
Todas las previsiones apuntan a una victoria holgada del PRI en un Estado donde jamás, a la largo de la historia posrevolucionaria, la oposición ha llegado a ocupar un solo cargo público. Las incógnitas son conocer el crecimiento que experimentará el Frente Democrático Nacional (FDN) de Cuauhtémoc Cárdenas y comprobar si de una vez se realizan unas elecciones limpias y transparentes. El puesto de gobernador parece claramente en manos del PRI, pero los candidatos del FDN podrían imponerse en las disputas por algunas alcaldías de este importante Estado.Los partidos del FDN no han conseguido en anteriores comicios locales alcanzar resultados superiores al 1% de los votos. Ahora aspiran a aproximarse al 20%, una cifra similar a la que consiguieron el 6 de julio. Los dirigentes de la coalición de izquierda ha denunciado irregularidades en la elaboración del patrón y diversas artimañas oficiales para dificultarles el crecimiento electoral.
El PRI asegura a cambio que la oposición prácticamente no existe en este Estado y que los candidatos del FDN alegan fraude para justificar su propia debilidad electoral aquí. Dirigentes del partido oficial afirman que la oposición ha traído hasta Tabasco militantes de los Estados cercanos con el propósito de perturbar los comicios y provocar violencia. Eso lo han denunciado también algunos miembros del FDN que a última hora han retirado sus candidaturas. La oposición insiste, sin embargo, en que los desertores han sido comprados a un alto precio por el PRI.
El Ejército ha tomado medidas especiales de seguridad para evitar acciones de violencia durante la jornada electoral de hoy, que se celebra en medio de una creciente tensión política en el país, a cinco días de los enfrentamientos que provocaron un muerto y varios heridos en el hotel Presidente de la capital mexicana y a tres semanas de la toma de posesión del nuevo presidente, Carlos Salinas de Gortari.
Focos de inestabilidad
El Estado de Tabasco cuenta con dos importantes focos potenciales de inestabilidad: las comunidades indígenas y las concentraciones de trabajadores petroleros. En este Estado -que sólo su nombre ha dado a la famosa salsa picante- se produce algo más del 30% del petróleo mexicano y el 90% del gas.Varias ciudades de su costa, en el golfo de México, están siendo escenarios de la división que día adía se profundiza en las filas del poderoso sindicato petrolero, unos con el PRI y los otros con Cárdenas.
La población indígena apenas representa -el 10% del total del Estado, pero en los últimos años ha sido motivo constante de conflictos. Se espera su respaldo mayoritario a los candidatos del FDN, entre ellos el aspirante a la gobernatura, Manuel López Obrador, un antiguo priísta que fue, además, dirigente local del Instituo Nacional Indigenista.
El candidato del PRI, Salvador Neme Castillo, es un hombre con menor carisma pero que ha trabajado a conciencia para resucitar el cadáver del respaldo popular desinterasado por el partido oficial. Neme Castillo ha recorrido varias veces el Estado y ha prometido aplicar aquí la política renovadora que promete Salinas. Pero ha utilizado también el clásico poder-apisonadora del eterno vencedor: toda la Prensa, todos los medios públicos, todo el aparato concebible de uno de los mayores partido de¡ mundo.
Ricardo Madrazo, presidente del PRI en Tabasco, asegura que su partido ha aprendido la lección del 6 de julio y que ha trabajado a fondo para conseguir un victoria limpia pero clara. Admite que es posible que el PRI consiga ganar todos los cargos que salen a elección, pero afirma que para ello no se va a recurrir al fraude. "Vamos a reconocer los triunfos de la oposición allí donde se produzcan, pero la modernización tampoco consiste en regalarle triunfos a la oposición, no consiste en inventar la oposición allí donde no la hay", dice Madrazo. El FDN tiene, en efecto, el reto de demostrar la consistencia de su movimiento en un Estado difícil, uno de los más desarrollados del país. El PRI, por su parte, está una vez más en el papel de la mujer del César: ser honesto y parecerlo.
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