Fabulosas ganancias
En varios traspasos de empresas estatales, los compradores han tenido importantes ganancias. Según estimaciones del ex ministro Raúl Sáez, que preside el Comité de Defensa del Patrimonio Nacional, las primeras acciones vendidas de la más importante salitrera del país, Soquimich, fueron entregadas en 200.000 dólares. En tres años, la rentabilidad para los propietarios de estas acciones ha sido más de 17 veces lo aportado: 2,26 millones de dólares. El presidente de Soquimich, antes y después de la privatización, es Julio Ponce Lerou, yerno del general Augusto Pinochet.Por la mitad de las acciones de la Compañía de Aceros del Pacífico (CAP), la principal siderurgia chilena, los adquirentes pagaron 18 millones de dólares, según los retractores de esta privatización.
El primer año, las utilidades totales de la CAP fueron 15 millones de dólares, y para 1988 se estiman en 25 millones de dólares: en dos años, los inversionistas recuperarán su capital, en una compañía cuyo patrimonio ha sido estimado en más de 700 millones de dólares.
Otro de los casos controvertidos ha sido la venta de la Compañía de Teléfonos de Chile (CTC) al grupo australiano Bond. Esta empresa, que era de la ITT, fue expropiada por el Gobierno de Allende.La Telefónica
La Telefónica de España fue dejada de lado en una licitación que abruptamente se transformó en una venta directa del 30% de la CTC en 114,7 millones de dólares al contado y el compromiso de aumentar el capital en 170 millones de dólares. Los críticos estiman que el grupo Bond recuperará su inversión en cuatro años, y consideran que el precio de la CTC fue subvaluado.
Técnicos opositores creen necesario revisar los tres casos anteriores en un futuro Gobierno. Pero las críticas por la falta de transparencia afectan a la mayoría de las ventas. En los directorios de las empresas privatizadas abundan ex ministros del régimen y connotados partidarios del general Augusto Pinochet.
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