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LA LIBERTAD DE REVILLA

Un 'zulo' de cinco estrellas

Los secuestradores le advirtieron a Emiliano Revilla al introducirle en el zulo: "Esto no es un hotel de cinco estrellas". Pero el relato del empresario soriano, tal vez afectado por ocho meses de convivencia, estuvo salpicado de referencias positivas a su cautiverio. Incluso explicó que había disfrutado dos circunstancias "de primera": la comida y la abundancia de fruta.Asimismo, el zulo, de madera, estaba insonorizado y tal falta de vibraciones aumentaba la calidad de la música que salía de un equipo de sonido. Con música se levantaba y se acostaba.

Una vez dentro, Revilla, según ha relatado, no pudo oír en ocho meses el ruido de un teléfono, o una puerta, ni la televisión o una radio, ni vio periódico alguno, aunque en los últimos meses le dejaron una revista ¡Hola! y un ejemplar de Panorama.

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"Pensé qué podía hacer para no aburrirme", explicó ayer. Un día le pusieron un letrero en la pared: A Ólvega. "¿Qué queréis, que me vaya a Ólvega" pues no sabéis con quién habéis dado". En ese momento se iniciaron los viajes de Revilla: fue ocho veces a ólvega: 271 kilómetros recorriendo hacia atrás y hacia delante los 2 metros por 1,80 que medía la habitación. También hizo un trayecto Málaga-Santander en 31 días. Caminaba 10 horas diarias.

La ausencia del reloj le hizo inventarse un calendario, y se orientaba por las comidas. Un día los secuestradores le dijeron que su cumpleaños estaba cerca y que él mismo fijara la fecha en que deseaba celebrarlo.

El secuestrado hizo un panfleto de invitación en el que comunicaba "a toda la vecindad ("qué remedio", comentaba ayer), la invitación a la fiesta del 60 cumpleaños de Emiliano Revilla". Con ayuda de un dibujo, perfiló un menú: para desayuno eligió chocolate con churros o bollos suizos, de aperitivo "cervezas y banderillas de guindillas"; la comida y la cena las dejó "a elección del jefe de cocina" así como la música. Para fin de fiesta, Revilla cantó unas jotas. "Y comprobé que todavía tenía voz".

Los periodistas le preguntaron ayer si sus secuestradores habían seguido las sugerencias que les había escrito para el menú de cumpleaños. "Al pie de la letra", contestó.

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